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Democracias

La izquierda (alternativa) en el diván

Daniel Bernabé repasa la trayectoria política de Podemos desde su aspiración constituyente a su alianza con el independentismo en ‘La distancia del presente’

21 febrero, 2021 00:10

El escritor y periodista Daniel Bernabé es ahora mismo una de las voces más interesantes de la generación que emergió políticamente con el 15-M y que soñó con asaltar los cielos de la mano de Podemos. En La trampa de la diversidad. Cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora (Akal), sometió a su familia ideológica, la autodenominada izquierda alternativa, a una dura crítica, alertándola del peligro de estar más centrada en lo cultural, en el lenguaje, en las alteridades y en lo simbólico que en la lucha de clases y en la explotación socioeconómica. Esa obra se convirtió en un pequeño bestseller dentro de su género y suscitó durante meses una gran polémica que en las redes sociales se transformó en una agria bronca sobre la deriva identitaria de las izquierdas

Al autor le costó un boicot por parte de determinados sectores cómodamente instalados en el juego de las identidades competitivas (desde el fundamentalismo feminista, pasando por los fans de la teoría queer, el veganismo, el ecologismo, etc.). En esa campaña de desprestigio, en la que se le llegó a acusar de denigrar las luchas parciales e incluso de ser un pensador de derechas, participó el propio Alberto Garzón, coordinador general de Izquierda Unida y ahora ministro, que en diversos artículos advirtió de que La trampa de la diversidad era una obra peligrosa

Cartel de propaganda de PodemosBernabé apunta ahora que quizás una de las razones para tanta inquina contra su libro “fue que había planteado una serie de temas que resultaban incómodos de asumir”, ya que en un momento donde se estaba dando una brutal agudización de las desigualdades socioeconómicas como consecuencia de la crisis de 2008, “los debates en las redes versaban sobre Operación Triunfo como elemento de liberación política, el burka como prenda de empoderamiento femenino o la creación de un género neutro, todes, al que hasta Carmena se apuntaba. Que por cada análisis sobre el micromachismo en una serie televisiva faltaba otro sobre brecha salarial, que el Orgullo [el día del Orgullo LGTBI] había caído en un solipsismo comercial donde los especuladores de la vivienda se anunciaban entre confetis, que las empresas empezaban a hacer caja con lo que una vez fueron dignas luchas de emancipación.” Su conclusión dos años después es que, “tras el abstracto impulso a la indignación, la izquierda alternativa sufría una peligrosa ensoñación que le hacía minusvalorar el monstruo de las identidades competitivas que estaba alimentando”. 

Bernabé apunta ahora que quizás una de las razones para tanta inquina contra su libro “fue que había planteado una serie de temas que resultaban incómodos de asumir”, ya que en un momento donde se estaba dando una

El pasado 9 de diciembre, Bernabé presentó en el madrileño Círculo de Bellas Artes su último libro, La distancia del presente. Auge y caída de la democracia española (Akal), nada menos que en compañía del secretario general de Unidas Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, cuya participación da cuenta de la notoriedad que el autor ha ido alcanzado estos años como analista político en medios como Hora 25 de la Cadena Ser, La Marea o Público. Las 400 páginas de la obra son un exhaustivo repaso a la década 2010-2019, definida como “convulsa, precipitada, dura, inmisericorde, golfa, fascinante y esperanzada”, en palabras de Bernabé. Un tiempo absolutamente determinante para comprendernos como sociedad y país. Diez años marcados por una fuerte convulsión social y política, en los que se han producido cambios en todos los niveles que han alterado como nunca antes lo que algunos, entre ellos el propio autor, llaman el “régimen del 78”. 

Daniel Bernabé, la trampa de la diversidad

El libro hace un repaso a la complejidad de lo sucedido, ordenado en diez estimulantes capítulos, y lo entrecruza hábilmente con la historia de Podemos para acabar destilando un balance de los éxitos y fracasos de esa izquierda alternativa que al inicio de la década creyó posible un proceso deconstituyente que rompiera los “candados de la Transición”.  No es un libro de historia, ni tampoco de ciencia política, sino una crónica que ordena los hechos para brindar al lector un marco general interpretativo desde la óptica de su familia ideológica. El mano a mano de Iglesias con Bernabé en el Círculo de Bellas Artes pone de relieve la importancia de la batalla por el relato, particularmente ahora que con la llegada al Gobierno de Unidas Podemos se cierra una etapa que, en cierta forma, obliga a hacer una evaluación de lo conseguido y lo perdido

El ensayo periodístico de Bernabé se organiza en diez capítulos donde expone hechos, causas y claves, narrativamente bien definidos: Descalabro (2010), Indignación (2011), Protesta (2012), Corrupción (2013), Ensoñación (2014), Asalto (2015), Expurgo (2016), Procés (2017), Destitución (2018) y In extremis (2019), concluyendo con una coda final dedicada a la pandemia (2020). Es una lástima que el análisis, a ratos brillante, se vea perjudicado tanto por una redacción precipitada en los capítulos finales, como sobre todo por errores factuales, a veces en nombres y fechas, pero de forma más sorprendente en datos que sabotean el análisis de algunas coyunturas políticas cruciales, como cuando Bernabé afirma que tras las elecciones de abril de 2019 “PSOE y Unidas Podemos tenían a su alcance una legislatura que, en cuanto a su aritmética parlamentaria, hubiera resultado sencilla. Ambos grupos sumaban 165 escaños, tan solo a dos de la mayoría absoluta. Con acuerdos con Compromís y el Partido Regionalista de Cantabria hubieran podido aprobar desde los presupuestos a la mayoría de las leyes". 

d5ab77aa4a20f812b165827f71761811Como sabe todo el mundo, en el Congreso hay 350 diputados y la mayoría absoluta se alcanza con 176. Por tanto, la aritmética parlamentaria no era tan sencilla como él afirma, aunque sin duda bastante menos que tras las elecciones de noviembre de ese mismo año, cuando PSOE y Unidas Podemos pasaron a sumar solo 155. Y solo en 48 horas se comprometieron a formar un Gobierno de coalición tras ocho meses de graves desencuentros. Una tarea, la de gobernar en minoría, para la que dependen de un sumatorio de apoyos parlamentarios tan variopinto como inestable, aunque con la ventaja de que ninguno de sus principales socios desea nuevas elecciones en España.

Como sabe todo el mundo, en el Congreso hay 350 diputados y la mayoría absoluta se alcanza con 176. Por tanto,

Al tratarse de una crónica, sería absurdo intentar resumir el libro, pero sí hay que destacar sus cuatro ejes principales. El primero es la centralidad que ocupa la corrupción en todo el relato, como algo no tangencial o coyuntural sino estructural y endémico, muy ligado al llamado “capitalismo de amiguetes”. La obra ofrece un recordatorio útil de los mil y un casos que se suceden o, mejor dicho, se atropellan en el tiempo, casi siempre con aire de “sainete trágico”, y que acechan muy particularmente al PP hasta el punto que Mariano Rajoy sucumbe políticamente en 2018 por la sentencia sobre el caso Gürtel. 

cartel vuelve iglesias

El segundo eje es el nacimiento de Podemos en 2014, tras la indignación y la protesta de los años anteriores, y el repaso a su evolución hasta el final de la década, desde los grandes éxitos iniciales a la frustración de sus expectativas, primero al no poder superar al PSOE en 2015 y después tras los retrocesos en las europeas, autonómicas, municipales y generales de 2019. En este sentido, el autor es claro al reconocer que la izquierda alternativa hizo un análisis equivocado sobre su capacidad para provocar una sacudida revolucionaria que diera paso a un proceso constituyente, o sobre su creencia de que el independentismo sería el último clavo en el ataúd del régimen del 78, cuando a la postre solo ha servido para alimentar el auge de la extrema derecha españolista. Tras la violencia callejera que estalla en las calles de Barcelona durante días como respuesta a la sentencia del procés, en octubre de 2019, de una intensidad que no se había visto durante el 15-M ni en ningún otro sitio, Bernabé ha tenido la valentía de escribir un párrafo que debería hacer reflexionar a no pocos dirigentes de Unidas Podemos y de los comunes:

“En 2017 algunos, entre los que me incluyo, pensamos que era una situación idónea para lanzar un proceso constituyente en toda España. No podíamos estar más equivocados. Aquella no era una situación idónea, era una situación desesperada que se libraba en el peor terreno de juego disponible para la izquierda: la confrontación nacional. Siento traerles malas noticias, pero en este pulso la sociedad española es una convidada de piedra atrapada en un sentimiento de incomprensión al ver que su país se desgaja por unos de los territorios más ricos y que nadie parece dar ningún tipo de respuesta ni de solución. La izquierda española debe tomar una decisión dura y difícil, pero necesaria para pintar algo en el futuro inmediato y ser un actor de peso en el largo plazo: declararse no solo contraria a la independencia, sino al actual momento soberanista. Oponerse claramente al callejón sin salida que ha resultado del procés. Esta posición es lo único que hoy puede frenar la ola de españolismo reaccionario que puede llevarse todo por delante, y no solo a nivel electoral. Al nacionalismo reaccionario español se le puede combatir en líneas de clase, pero también aceptando la españolidad desde presupuestos cívicos, no identitarios.”

Daniel Bernabé

Es llamativo que en la citada presentación del libro, Iglesias pasara de puntillas sobre la posición de Podemos en el tema catalán, más allá de repetir algunos tópicos, como también que insista ahora mismo en declaraciones en las que parece empeñado en contentar al independentismo hasta límites nauseabundos como, por ejemplo, cuando recientemente equiparó a Carles Puigdement con los exiliados republicanos. Lo piense de verdad o no, es un error incomprensible por parte de alguien que ha construido su proyecto sobre la eficacia de la comunicación y de los mensajes televisivos. Si el vicepresidente ha leído de verdad a Bernabé, de lo que por lo menos ese día no dio señales, no parece que haya sacado ningún provecho sobre el erróneo apoyo al procés

Otro eje que recorre el libro es justamente una mirada crítica sobre los fallos de la izquierda y su acusado cainismo. No olvidemos que el nacimiento mismo de Podemos se explica como reacción a la negativa de la dirección de Izquierda Unida a ceder el protagonismo a Iglesias en la lista de las elecciones europeas de 2015.  Pero las luchas intestinas recorren la breve historia de la formación morada desde el primer momento, sacudida por constantes crisis internas y enfrentamientos personales. La más grave es la escisión de Íñigo Errejón, que acabaría comportando la pérdida de la alcaldía para Manuela Carmena y facilitando la continuidad del PP madrileño al frente de la Comunidad, con el apoyo de Ciudadanos. Todo ello en beneficio de la populista Isabel Díaz-Ayuso, que en su enfrentamiento con el Gobierno español a cuenta de la pandemia mucha veces ha parecido una alumna aventajada de Quim Torra.

Ley Trans

El cuarto eje, que dialoga estrechamente con los otros tres y que enlaza con La trampa de la diversidad, es la influencia del posmodernismo, en tanto que lógica cultural neoliberal, en los movimientos sociales contestatarios surgidos tras el 15-M. Esa influencia ha fragmentado las luchas y frenado el potencial revolucionario en España, según Bernabé. El máximo exponente de ese paroxismo de la diversidad serían las convocatorias del 8-M en las que se citan a decenas de colectivos, pero en las que el feminismo habría quedado relegado a favor de las reivindicaciones trans. La razón de este cambio es la pujanza de lo queer, un movimiento importado de EEUU que aboga por la autodeterminación del género. Como síntesis y crítica hacia esa atomización que acaba desfigurando las luchas, cuando no dividiéndolas (como la bronca sobre la elección del género al margen del hecho biológico, cuestión que enciende a muchas feministas que consideran que se corre el riesgo de “borrar a las mujeres”), el autor escribe:

“Si al inicio de estas páginas la protesta había cambiado, sustituyéndose el partido y el sindicato por las redes informales, la clase por la gente y la polarización por la transversalidad, al menos el motivo de la protesta seguía siendo global. Al final de estas páginas, trampa mediante, la cultura neoliberal con la colaboración del activismo contemporáneo, ha seccionado el motivo para salir a la calle, de modo que resulta muy difícil atisbar la puesta en marcha de un sujeto político coherente.”

¿Por qué la izquierda no sabe pescar? / DANIEL ROSELL

¿Por qué la izquierda no sabe pescar? / DANIEL ROSELL

Resulta curioso constatar que la critica de Bernabé guarda ciertos paralelismos con la que desde posiciones liberales progresistas hizo el estadounidense Mark Lilla en El regreso liberal (Debate, 2018), donde analiza el fracaso de los demócratas frente a Donald Trump en 2016 y lo achaca a que la izquierda se había alejado de la clase trabajadora y de la mayoría de sus votantes con discursos fragmentarios de género, raciales o culturales que no apelaban a la sociedad en su conjunto. Desde una perspectiva comunista, de alternativa a la socialdemocracia, Bernabé viene a decir lo mismo para España.

Recordemos que su libro se subtitula Auge y crisis de la democracia española, pero tras la lectura queda claro que lo primero, el auge, se identifica con el despertar del movimiento de los indignados, el fin del bipartidismo y la aparición de la llamada nueva política. En cuanto a la decadencia, se relaciona con el fin de las movilizaciones globales, su fragmentación identitaria y la subyugación de toda la política española a la dinámica destructiva del procés, hasta el punto que en 2019 de la indignación inicial ya no queda nada y las posibilidades de un proceso constituyente son nulas, más allá del ataque constante hacia la Corona que practica Podemos a cuenta de Juan Carlos I.

Queda, eso sí, el consuelo de estar compartiendo el Gobierno con el PSOE en la primera experiencia de coalición de la democracia, en medio de la peor crisis sociosanitaria desde 1918. Haber alcanzado el poder político no es poca cosa, aunque a Iglesias le sepa a poco y ahora descubra que el “verdadero poder” en un Estado está en otro sitio. En cualquier caso, al margen de cualquier otra crítica o discrepancia, hay que reconocer que lo logrado por la izquierda alternativa, visto desde la distancia del presente que describe Bernabé, tiene mérito: España es el único país de Europa donde el populismo de izquierdas está en el Gobierno.