Carlos Augusto Casas: “Hay más verdad en una novela negra que en muchos telediarios”

La libertad que ofrece el género. Hay elementos de thriller, pero es una “novela negra”, con muchos ingredientes y que sirve para “retratar el poder económico de Madrid”, con toda su potencia, también con todas sus “miserias”. Es lo que ofrece Carlos Augusto Casas, periodista de investigación que conoce bien el paño, ahora como miembro del programa La sexta noche de La sexta. Casas entiende que en Madrid, y, en el barrio de Salamanca en concreto, se dan todos elementos para poner en pie una historia que pondrá los pelos de punta a los lectores, como relata en conversación con Letra Global. Se trata de la novela La ley del padre (Ediciones B).

¿Qué sucede en Madrid, como centro del poder político y económico de España? Casas sostiente que han cambiado pocas cosas desde la transición. “Ha habido un posicionamiento claro de la élites, las que tenían dinero, el llamado dinero viejo, que no han perdido sus privilegios. Y eso se percibe mejor en el barrio de Salamanca, que en otras zonas de dinero nuevo, podríamos decir como La Moraleja o La Finca”, señala Carlos Augusto Casas.

Los diálogos son constantes, con ese narrador desde fuera, que relata una historia de traiciones, y que está ligada a los medios de comunicación. Los Gómez-Arjona (que cada lector trace un paralelismo con las familias poderosas de España) poseen un enorme imperio mediático y el padre, el que tiene el mando, cree que podrá disponer de todo con cierta facilidad. Pero no lo tiene atado. Tiene cuatro hijos que ambicionan su riqueza. Ese padre tiene “su propia ley” y se puede aplicar encontra de sus descendientes, con toda crueldad. ¿Cómo lo hará?

El periodista y escritor Carlos Augusto Casas, autor de 'La ley del padre' / CAC

¿Qué descubre el escritor cuando narra un historia en función de lo que ha vivido como periodista? El autor de La ley del padre afirma que “la gente de bien, la que tiene el poder, siempre se salva. Y lo importante ya no es el dinero, que lo tiene, casi, como algo natural. Se trata de estar a salvo, de poseer el poder por el poder, de seguir siendo influyente, con redes clientelares”.

La novela negra es la gran preferida por los lectores españoles, que se entretienen y se dejan llevar por historias en las que cabe todo, también el sexo desenfrenado y los asesinatos. Pero, ¿qué busca un periodista cuando se deja llevar por la literatura? “La novela es, en gran medida, una reflexión sobre el poder, sobre cómo se cumple esa máxima según la cual la preocupación por el dineo es de pobres, porque lo que importa es el poder, el saber que puedes hacer y deshacer”, insiste en destacar Casas, que ha visto mucho como informador, en cadenas como TVE, Antena 3, Cuatro, Telecinco o ahora en La Sexta.

¿Qué características tiene Arturo, el protagonista? “Entre el personal con poder siempre hay elementos psicopáticos. De hecho, la idea de la novela surgió de la lectura de una información, según la cuál los que están en la cima suelen ser psicópatas, o tienen elementos psicopáticos. No conciben otra manera de vivir y si pierden esos galones creen que pierden la vida”.

La reflexión que se aborda en muchos medios de comunicación es que para contar hechos, o relacionar distintas informaciones con un contexto más profundo, es necesario un formato distinto que lo ofrece el libro, la novela o el ensayo. Carlos Augusto Casas cree que eso irá a más. “Hay más verdad en una novela que en un telediario”, señala, porque los medios, en la actualidad, no pueden apenas profundizar nada.

Las verdades ocultas

Pero, ¿eso irá más allá de una novela, de la ficción? Para documentarse con este libro y con los anteriores, como Ya no quedan junglas adonde regresar, o El ministerio de la verdad, Casas asevera que ha accedido a muchos libros publicados hace años que pasaron sin pena ni gloria pero que encerraban grandes verdades periodísticas. Y menciona, como ejemplo, Una familia real, escrito por el abogado de Ruiz Mateos, Joaquín Yvancos: “Explicó cosas alucinantes, de relaciones con los poderosos, de operaciones muy turbias, pero nadie le hizo mucho caso”.

Eso lleva a Casas a mantener su apuesta. La novela negra vende en España, pero, al mismo tiempo, mientras se da rienda suelta a la imaginación –el escritor es como una especie de Dios que maneja a sus personajes—se pueden contar cuestiones más elaboradas que inviten a la reflexión, el paso previo a la acción.

¿Hay que obsesionarse con los medios de comunicación, con su papel actual? Casas responde que, por lo menos, hay que tener complementos. La literatura puede cumplir ese papel. La ficción, que ahora arrasa entre los lectores, y que tiene todos los elementos para cobrar la atención del mundo audiovisual.

Casas sentencia que, en su caso, puede cumplir lo que decía Dorothy Parker, que odiaba escribir, pero “amaba haber escrito”.