Michael Moore en Trumpland (otra vez)

Michael Moore en Trumpland (otra vez)

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Michael Moore en Trumpland (otra vez)

El fracaso de 'The Terms of my Surrender' demuestra que el espectador de teatro busca la evasión intelectual cuando acude a ver una obra

7 noviembre, 2017 00:00

Michael Moore, el cineasta que más puñetazos, creativamente hablando, le ha dado a Estados Unidos, y con más éxito --el público siempre le acompaña, en su país y en el resto del mundo-- ha vuelto a emprenderla con su nada querido presidente. Estrenó hace nada una obra de teatro para desmontar todo lo desmontable de la administración Trump, y lo hizo nada menos que en Broadway, bajo la batuta del veterano Michael Mayer. Recordemos que, poco antes de las elecciones del año pasado, las elecciones que nadie creía que fuese a ganar el republicano, estrenó un ácido documental --hoy visionable vía YouTube--, Michael Moore in Trumpland, con el que pretendía eliminar, a su de momento nada efectiva manera --recordemos también que ni todo el éxito de su ataque a la administración Bush, Fahrenheit 9/11, o el documental más taquillero de la historia, fue capaz de evitar que Bush hijo fuese reelegido--, cualquier posibilidad de que Trump le arrebatase el trono a Hillary Clinton.

Así que el estreno de The Terms of my Surrender, la obra (de Broadway) en cuestión, una suerte de monólogo en el que Moore enumeraba todo lo que el presidente ha hecho mal, francamente mal, en este casi año de mandato, era su segundo intento de desestabilizar, desde su trinchera de opositor intelectual, al presidente. Pero la cosa no acabó de cuajar, y a las doce semanas del estreno la obra tuvo que echar el cierre, lo que provocó una sonora carcajada tuitera del propio Trump, que dio pie a una discusión en píldoras de 140 caracteres en la que resultaba más que evidente quién daba el combate por perdido, o, mejor, quién partía como perdedor. El primero en atacar fue el presidente, asegurando que le resultaba "triste" --literalmente-- que el último artefacto de Moore hubiese fracasado con tal estrépito, a lo que el creador de Bowling for Columbine respondió con un: "El presidente debe haber confundido mi exitazo de show en Broadway con su presidencia, que es un fracaso absoluto, y no tardará en hundirse, y no, eso no es triste".

Críticas negativas

Lo cierto es que, por una vez, Trump tenía razón. The Guardian publicó una durísima crítica de la obra de Moore en la que, básicamente, aludía al hecho de que no iba a convencer a nadie más que a los anti Trump de que Trump no era la mejor opción para la Casa Blanca, y que, francamente, llegaba tarde. Y no sólo eso. Sino que puede que uno quiera ver un documental en televisión, o incluso en el cine, un documental político, se entiende, y marcadamente parcial, pero está claro que cuando una sale por la noche, cuando uno va al teatro, lo último que quiere es oír hablar de política. El crítico de The Guardian califica, así, a Moore de ingenuo, por creer que el espectador de teatro puede pretender algo que no sea la evasión intelectual cuando ocupa su butaca. Desde aquí, humildemente, no podemos estar más de acuerdo. El teatro --y mucho menos el complaciente teatro de Broadway-- no es lugar para diatribas, por más ilustrada y pretendidamente juguetona que ésta sea.