'Black Mirror' / UNSPLASH

'Black Mirror' / UNSPLASH

Cine & Teatro

¿Cuánto de tecnología real hay en la última temporada de Black Mirror?

La serie de ciencia ficción presenta algunos elementos muy cercanos a nuestra vida cotidiana

7 julio, 2019 13:51

Black Mirror es una de las series más interesantes de la actualidad por todos los elementos que incorpora. Esta propuesta de ciencia ficción cuenta con ideas distópicas y otras muy cercanas al mundo actual.

Quizá por eso, el estreno de la última temporada de la serie fue muy comentado en redes sociales, en especial, el tercero de los capítulos. Estos son algunos elementos tecnológicos que presenta la serie y que ya se encuentran disponibles.

Juegos muy realistas

El primero de los capítulos de la quinta temporada de Black Mirror se inicia en una época que parecen los años 2000. Por entonces, dos compañeros de piso juegan en una antigua videoconsola a su videojuego de lucha favorito.

Escena de Black Mirror / NETFLIX

Escena de Black Mirror / NETFLIX

Años más tarde, la tecnología ha avanzado tanto que permite a los jugadores introducirse dentro del videojuego gracias a un dispositivo neuronal, sintiendo y viviendo en primera persona lo que ocurre con sus personaje.

Realidad virtual

Todavía no existe una experiencia tan inmersiva como narra la serie, sin embargo, sí que se pueden disfrutar de juegos que ofrecen un acercamiento muy real a la experiencia de usuario, a través de la realidad virtual.

Actualmente pueden encontrarse muchas marcas que comercializan dispositivos de realidad virtual (e incluso Google vende unas gafas de cartón para montar en casa) que evocan sensaciones similares a las de vivir la experiencia de un videojuego. La tendencia es que estos sistemas se pulan hasta que ofrezcan una realidad casi paralela.

Redes sociales

En el segundo episodio, se muestra al protagonista como un perturbado capaz de cualquier cosa por hablar con el CEO de una importante empresa de redes sociales a nivel mundial. A pesar de esto, sus razones tienen que ver con un duro momento de su vida.

Este momento fue el accidente de tráfico, en el que pierde a su pareja, que tuvo por consultar su perfil de esta red social mientras conducía. Una actitud que, además, se compara con la adicción al alcohol, dado que el otro conductor que muere en el accidente y que conducía ebrio se lleva todas las culpas.

Adicción tecnológica

En este sentido, el segundo capítulo no presenta un mundo tan distante del de 2019. Una sociedad que transita la fina línea entre ser muy participativa y social y tener un problema de adicción a las redes sociales y a las nuevas tecnologías.

Aquí, cada detalle del capítulo se reconoce en el mundo actual. La empresa para la que trabaja el protagonista podría ser Uber o Cabify y la empresa contra la que lucha es una mezcla entre Twitter y Facebook.

Asistentes virtuales cada vez más humanos

Por último, el episodio final presenta a una adolescente con problemas para socializar que se engancha a una muñeca con inteligencia artificial. Un caso muy similar al que presenta la película Her, donde Joaquin Phoenix se enamora y tiene una relación muy cercana con un asistente virtual.

Además, se trata la temática de cuánto de tecnología es lícito incoporar a la música, o más ampliamente hablando, al arte, sin que este deje de ser algo humano y se convierta en un simple algoritmo. Es más, se plantea la interesante duda de ¿es capaz una máquina de producir arte que le guste a los humanos?

Tecnología total

En este caso, los juguetes o robots con inteligencia artificial están bastante a la orden del día. Además, el machine learning, o aprendizaje computacional, hace que las máquinas sean cada vez más inteligentes, aprendiendo del usuario, de sus hábitos y de las respuestas o preguntas que le hacen.

Por otro lado, el interesante debate alrededor del arte está más que integrado en la sociedad, donde la práctica totalidad de productores musicales utilizan software para afinar las voces de los cantantes o producir canciones que lleguen a ser un éxito comercial.