El director de cine François Ozon y la actriz Sophie Marceau / CEDIDA

El director de cine François Ozon y la actriz Sophie Marceau / CEDIDA

Cine & Teatro

Sophie Marceau reflexiona sobre la eutanasia de la mano de François Ozon

La actriz regresa a las pantallas con el cineasta francés más prolífico tras "una crisis personal y profesional"

29 enero, 2022 00:00

Mientras en España se aprobaba la ley de la muerte digna, en Francia, François Ozon planteaba una película sobre la eutanasia y la posibilidad de dar esa oportunidad de elección.

Con su trazo entre el cine comercial y de autor, el cineasta galo prefiere no meterse en debates que no le corresponden. De hecho, durante la entrevista con Crónica Directo evita compartir su posicionamiento. Lo mismo que su actriz protagonista, Sophie Marceau, que vuelve a ponerse frente a las cámaras con un filme que aborda un tema muy controvertido.

Regreso y discreción

El parapeto que usan es que la cinta está basada en el relato de una historia real de lo que vivió Emmanuèle Bernheim con su propio padre y que transformó en libro. La obra se publicó en 2013, pero Ozon no se sentía preparado entonces para rodarla. Tras la muerte de la escritora, releyó su texto y sacó adelante Todo ha ido bien, película que llega a las salas este 28 de marzo.

La cinta tiene momentos dramáticos, obviamente, y, como sus responsables, evita posicionarse. Es solo un reflejo de lo que todavía hoy sucede en buena parte del mundo. La experiencia y el dominio del tempo de Ozon convierten el filme en una historia bella, cargada de humor y complicidad, con unos actores en estado de gracia. No en vano, hizo salir de su cueva a la misma Sophie Marceau. En esta entrevista con Crónica Directo relatan cómo ha sido este encuentro.

--Pregunta: ¿Cómo llega a la adaptación del ibro de Emmanuèle Bernheim y a Sophie Marceau?

--François Ozon (F. O.): La historia de la adaptación fue larga y complicada. En 2013, Emmanuèle publica el libro, me gustó mucho, me preguntó si lo adaptaría, pero no me veía capaz. Era una historia muy personal. No encontraba mi sitio. Unos años más tarde, Emmanuèle tuvo un cáncer fulgurante y murió. Tras su muerte, volví a leer el libro con una nueva perspectiva y me sentí más capaz de hacer esta adaptación. Empecé a pensar en ella y quién podría encarnarla. En seguida pensé en Sophie, tenía la sensación de que podría conmoverla. Le mandé el libro, creo que el guion todavía no lo había empezado a escribir, pero yo ya tenía a la actriz en la cabeza. Se lo envíe, lo leyó en seguida y rápidamente nos entendimos. Me di cuenta de que estábamos en el mismo largo de onda y que, en cierto modo, apelaba a su personalidad y a su vida personal.

--¿Y qué le atrajo a usted del proyecto?

--Sophie Marceau (S. M.): Intervienen siempre varias cosas, la escritura del guion, el tema, la historia y el realizador, la persona que lo pondrá en escena y va a rodar la película... Hacía tiempo que ambos queríamos rodar juntos. La historia de Emmanuèle me atrajo mucho tanto por la forma como por el fondo. Me gustaba la sensibilidad que desprendía el libro. Y pese a que me parecía un tema banal la forma en que se trata, con humor, contestó a algunas de mis preguntas. También se trataba de una forma muy original y me sentía muy segura con François. Además, es un cineasta que yo sigo desde el principio, toda una generación lo seguimos. Todo encajaba para que yo trabajara en esta película.

--¿No les parece un riesgo hablar de la muerte en plena pandemia?

--F. O.: No sabíamos que iba a venir una pandemia (ríe). El rodaje debía empezar el primer día de confinamiento en Francia. De hecho, pensamos que no íbamos a poderla rodar, con un parón de cuatro meses, la gente muriendo. Durante el verano, por eso, hubo una cierta calma y empezamos a rodar, pero nunca la previmos.

--¿Pero creen que precisamente la pandemia le da un mayor significado al respecto del trato que le damos a los mayores?

--S. M.: Es una película que cuenta una historia real, que le pasa a una persona y a una familia en concreto, y a la vez es una historia universal, también. Todos, un día u otro, vamos a tener que enfrentarnos a la enfermedad, a la muerte. Y lo que te plantea esta película es: ¿lo hemos pensado de forma individual, social, colectiva a nivel de sociedad? Esta es una cualidad de la película. Igual, hemos de pensar que la película es algo más divertida que las noticias de estos años acerca del Covid, es una forma de hablar de la muerte que asusta menos y, en cierta forma, mucho más humana.

--¿Y ustedes qué posición tienen frente a la muerte digna? ¿Tras leer el libro y hacer la película han cambiado de opinión?

--F. O.: Estábamos en un estado de urgencia en cuanto a la cuestión. Aplazamos solo cuatro meses el rodaje y pensamos que igual los hospitales nos dirían que no podíamos abordarlo. Por el contrario, todo el mundo estaba dispuesto a rodar. Y cuando hicimos la película, había una suerte de impulso, una energía muy fuerte que nos impulsaba a hacerla. No fue difícil el rodaje. Lo importante era mostrar la película del lado de la vida. Cualquier cosa que pudiera aportar humor a la película lo mantenía, porque él ama tanto la vida que prefiere morir porque ya no puede vivir lo que siempre le ha gustado.

--Sophie, usted llevaba un tiempo de parón y escasean sus apariciones en el cine. ¿A qué se debe?

--S. M.: Ya no me apetecía. Necesitaba tiempo para mí. Necesitaba quizás que alguien me empujara y me animara y François llegó. No es fácil para un actor encontrar un realizador como François, que lo pone muy fácil para un actor. Enfoca mucho la historia, sientes que te quiere, que te protege. Yo tuve unos momentos de duda profesional, personal tras 40 años trabajando. ¿Es normal, no, que puedas tener una crisis? De repente, volví a sentir esa confianza. Y con él la sentí. Y esa es la razón. Yo no tengo la misma dinámica que François.

--De hecho, usted rueda casi una película al año y con tonos e historias muy distintas. ¿Qué le impulsa a crear tantas películas con historias tan diversas?

--F. O.: No es lo mismo ser actor que realizador, obvio. A mí me gusta fabricar películas, rodar, amo el rodaje, incluso haría más si pudiera, pero tengo que promocionar las películas también. La idea de experimentar con algo nuevo me gusta. Quizás hay alguno que le costará un poco más. Yo cuando no trabajo me aburro profundamente.