Imagen de 'Pee Wee as himself'

Imagen de 'Pee Wee as himself' HBO MAX

Cine & Teatro

Queríamos tanto a Pee Wee

El documental 'Pee Wee as himself' refleja la obra y vida de Paul Reubens, un friki de nivel cinco, que encarnó un extraño personaje, un hombre-niño vestido con traje gris, camisa y zapatos blancos y pajarita roja

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Un documental en HBO Max, dirigido por Matt Wolf (dos episodios de hora y media cada uno) y titulado Pee Wee as himself me ha hecho recordar a un curioso personaje que me lo hizo pasar muy bien hace años, el inefable y adorable Pee Wee Herman, interpretado por Paul Reubens (nacido Rubenfeld, Peekskill, Nueva York, 1952 – Los Ángeles, 2023).

El éxito de Pee Wee, ya prácticamente olvidado, fue monumental, y el rostro del señor Reubens apareció en la portada de las principales revistas de los Estados Unidos. ¿Podemos hablar de Pee Wee manía? Sin la menor duda.

A día de hoy, sigo sin entender muy bien el triunfo de Paul Reubens, un friki de nivel cinco, y de su extraño personaje, ese hombre-niño vestido con traje gris, camisa y zapatos blancos y pajarita roja que, en teoría, no debería haber salido de un círculo reducido de fans tan friki como él.

Pasó anteriormente con los Peanuts de Charles M Schulz, pero a base de entenderlo todo al revés: convertir a un chucho ruin y rencoroso como Snoopy en un peluche encantador significa no haber entendido nada de nada. Pee Wee tuvo más suerte: el público lo entendió a la perfección y se subió a su carro, en vez de lo que habría sido más lógico: considerarlo un majadero alternativo al que no había que hacer mucho caso.

Perdularios especializados

Paul Reubens creció en Florida leyendo tebeos, yendo al cine y viendo la tele. Desde muy pronto, quiso formar parte de la farándula, aunque sin saber muy bien en qué especializarse. Cuando fue a estudiar en Los Ángeles (en una escuela para emprendedores despistados y artistas confusos llamada Cal Arts), tuvo la suerte de encontrarse con varias personas que estaban aún más locas que él.

Con ellos formó una troupe de perdularios especializados en sketches a cuál más desquiciado (entre la pandilla, aunque cueste creerlo, estaba David Hasselhoff, que luego protagonizaría series abominables como El coche fantástico y Los vigilantes de la playa).

Fotograma de 'Pee Wee as himself'

Fotograma de 'Pee Wee as himself' HBO MAX

Fue en esa época cuando Reubens creó al precedente de Pee Wee, un indio idiota, vestido de manera ridícula, que hoy día le granjearía la cancelación por ofensa a las minorías y apropiación cultural. Con Pee Wee, se dio cuenta de que tenía algo sólido en las manos y se dedicó a darlo a conocer, mientras curraba donde le llamaban (Saturday Night Live, gracias al gran Steve Martin).

Su gran oportunidad llegó en 1985, cuando Tim Burton se estrenó en el mundo del largometraje con Pee Wee´s big adventure, que tuvo un gran éxito (aunque, o gracias a qué, la gran aventura de Pee Wee consistía en recuperar la bicicleta que le habían robado).

En 1986, se empezó a emitir por televisión el programa infantil matinal Pee Wee's playhouse, con el que los niños se divertían sin captar conceptos para los adultos, algunos de ellos de tendencia homosexual, que se mantuvo en antena hasta 1991: amigos de Nueva York lo veían cada mañana, tras una noche dedicada a ponerse hasta las cejas de alcohol y drogas, y se tronchaban con ese espacio teóricamente dirigido a la gente menuda.

Cabezas pisoteadas

1991 fue el primer annus horribilis de Paul Reubens. La policía lo pilló masturbándose en un cine porno de Sarasota, Florida. La noticia corrió a la velocidad de la luz y, en muy poco tiempo, Pee Wee (y su alter ego humano) estaban comercialmente muertos.

Esa extraña redada dio mucho que hablar en su momento: ¿por qué la policía entraba en un cine porno?, ¿por qué, concretamente, en el cine en el que se solazaba el señor Reubens? Hubo quien habló de encerrona, concepto que se repitió años después, cuando Reubens fue detenido por posesión de pornografía infantil (aunque no se encontró ni rastro en su casa, donde se acumulaban, eso sí, revistas de culturismo de los años cincuenta, llenas de hombres en calzoncillos, con las que se entretenían los homosexuales cuando su vida era más complicada que en la actualidad).

Imagen del documental 'Pee Wee as himself'

Imagen del documental 'Pee Wee as himself' HBO MAX

Yo no sé si hubo una mano negra empeñada en cargarse a Paul y Pee Wee, pero todo lo que le pasó da qué pensar. Recordemos lo que dijo Pee Wee cuando inauguró su estrella en Hollywood Boulevard: “Quiero dar las gracias a todos aquellos cuyas cabezas he pisoteado para llegar hasta aquí”.

Pee Wee as himself muestra a un tipo muy peculiar y con un sentido del humor bastante retorcido (véase como trata al director/entrevistador), un tipo cínico y tierno a la vez, un calculador del triunfo que se tiró años en el armario para no hundir a Pee Wee revelando su homosexualidad, de la que, por cierto, no se mostraba especialmente orgulloso. Un friki. Un tipo raro. Un marginal que, curiosamente, enloqueció al país que lo convirtió en una estrella.

Adorado por todos

Las dos películas que siguieron a Pee Wee´s big adventure no fueron gran cosa: Big Top Pee Wee (1988) y Pee Wee´s big holiday (2016, rodada directamente para Netflix). Pee Wee sobrevivió a dos detenciones y protagonizó varias reapariciones, incluyendo una función/ fiesta en Broadway. Reubens nunca se lo quitó de encima. Intentó ejercer de actor con su nombre, pero no pasó de papeles secundarios (fue el padre del Pingüino en Batman vuelve, de su viejo amigo Tim Burton).

Su cáncer, por lo menos, lo pasó acompañado, aunque el novio en cuestión no aparece en este espléndido díptico audiovisual en el que el homenajeado cuenta lo que quiere y oculta lo que no piensa compartir, empeñado como parece en que el espectador no pueda distinguir entre Reubens y Pee Wee, entre el actor y su personaje, como ya hizo en su momento, cuando concedía todas las entrevistas vestido de Pee Wee Herman.

Curiosamente, alguien que podría haber sido despreciado por grandes y pequeños, acabó siendo adorado por todos. Paul Reubens fue, sin duda, un tipo muy especial. Y su personaje, Pee Wee Herman, es de lo más extraño que se ha visto en la industria del espectáculo. Y de lo más hilarante.