Requiem: un cuento gótico
Esta miniserie británica mezcla hábilmente los géneros de misterio y terror para constituir una propuesta ideal para cualquier fin de semana
31 julio, 2021 00:00En un pueblo de Gales, un anciano rompe todos los espejos de su mansión, se sube a la azotea y se arroja al vacío. Al mismo tiempo, en Londres, una señora mayor se raja el cuello con un cuchillo en presencia de su hija, la violonchelista Matilda Gray (Lydia Wilson), que esa misma noche debía actuar junto a su amigo, el pianista Hal (Joel Fry). Posteriormente, Matilda encuentra en casa de su difunta madre una caja llena de recortes de prensa relacionados con la desaparición de una niña en Gales más de 20 años atrás. Entre los documentos, una foto de la mansión que hemos visto al principio de la historia.
Así comienza Requiem, miniserie británica en seis episodios que puede encontrarse en la parrilla de Netflix y que mezcla hábilmente los géneros --misterio, terror, gótico paranormal-- para constituir una propuesta ideal para cualquier fin de semana. Hundida por el suicidio, aparentemente inexplicable, de su madre, Matilda, acompañada por su fiel pianista, viajará hacia ese pueblo de Gales en el que las niñas desaparecen y los ancianos ricos se tiran desde lo alto de sus mansiones. Intuye nuestra chelista que la muerte de su progenitora y la del ricachón galés están relacionadas, y no duda en rechazar una gira por Estados Unidos para dedicarse en cuerpo y alma a desentrañar el misterio. Poco más puedo añadir sin incurrir en el funesto spoiler, más allá de que el espectador se encontrará con un misterio apasionante en el que hasta se incluye una especie de secta satánica local compuesta por lo mejor de cada casa.
Preguntas sin responder
¿Por qué no quiere hablar con Matilda la madre de la niña desaparecida? ¿Era la señora Gray la auténtica madre de Matilda? ¿Es de fiar el heredero de la mansión, recién llegado de Australia sin un duro a ver qué puede sacar del asunto? ¿Cabe la posibilidad de que Matilda sea, en realidad, la pequeña que desapareció 23 años atrás? ¿Qué mueve exactamente a la siniestra anticuaria local y miembro fundamental de la secta? Estas, y algunas más, son las preguntas que plantea este cuento gótico con tintes paranormales que conduce a un final más o menos abierto, aunque ya se ha sabido que no va a haber una segunda temporada de Requiem.
De The wicker man a Midsommar, el horror campestre (folk horror, según los establecedores de géneros y subgéneros) ha gozado de muy buena salud en la industria cinematográfica anglosajona de temática fantástica, de la que Requiem es una excelente muestra. A destacar la interpretación de Lydia Wilson, la vulnerable investigadora del violonchelo que, como el personaje de Shakespeare, cada día sabe menos quien es ella y quienes son todos los demás, y el guión del impronunciable Kris Mrska, que no sé de dónde ha salido, pero al que auguro un futuro brillante en su oficio de creador de misterios sombríos con un aura paranormal.