El crimen del submarino
'La investigación' es una serie del guionista y director Tobias Lindholm, cocreador de 'Borgen', basada en un caso real sobre un asesino que nunca se muestra
19 diciembre, 2020 00:00Pocas series son tan fieles a su título, en un sentido literal, como la danesa La investigación, cuyos seis capítulos están colgados en Movistar. A lo que asistimos durante esos seis episodios es, lisa y llanamente, a eso, a una investigación policial --la del desmembramiento de una periodista sueca en el submarino particular de un inventor danés y el posterior lanzamiento al mar de las distintas partes del cuerpo-- durante la cual, el presunto responsable del crimen ni aparece para ofrecer su versión de los hechos. Es una elección --tal vez discutible, pero de una muy original eficacia-- del guionista y director de la miniserie, Tobias Lindholm, cocreador de aquella interesante ficción por entregas sobre la política danesa que fue Borgen. Él mismo, cuando se le ha preguntado por su aparente desinterés por el atrabiliario Peter Madsen, ha dicho que las víctimas le interpelaban mucho más que el supuesto criminal y que había preferido eludir esa mirada más morbosa, propia de la televisión anglosajona, en la que el monstruo se lleva la parte del león. Una decisión respetable, sin duda, pero uno se queda con las ganas de ver y oír a ese extraño personaje, habitual de los circuitos sado-maso de Copenhague, obsesionado por los asesinatos lo más gore posibles y que se pasaba la vida invitando a mujeres a dar una vuelta en su submarino (sin éxito) hasta que la pobre Kim Wall, que quería entrevistarlo, se subió a él y acabó descuartizada.
Pero una serie con Madsen habría sido otra muy distinta. Puede que más comercial y algo menos morbosa, pero sin los rasgos de originalidad --pese a quien pese-- que distingue La investigación, una especie de informe policial filmado del que solo sobra, tal vez, la complicada relación entre el jefe de la unidad de homicidios de la policía de Copenhague, Jens Moller (Soren Malling) y su hija embarazada, permanentemente quejosa de que el absorbente trabajo de su progenitor pase siempre por delante de sus necesidades filiales (puestos a prescindir del asesino, se podría haber hecho lo mismo con la hija del poli).
La investigación es un mano a mano entre el comisario Jens Moller y el juez Pilou Asbaek (Jakob Buch-Jepsen), conchabados para construir un caso lo más sólido posible para que el tipo del submarino no se salga de rositas. Basada en un hecho real que muchos aún recordamos, La investigación recoge paso a paso todas las medidas tomadas para hacer justicia y consigue algo muy difícil, que nos interesemos por la trama sabiendo cómo termina --Madsen fue condenado a cadena perpetua-- y sin la presencia, usualmente estimulante, del asesino: es como rodar una película de Hannibal Lecter sin que el perverso y refinado médico caníbal aparezca en ninguna secuencia. Sí, La investigación, con su tono más literal que realista, con su ritmo pausado y con su estilo (elegantemente) burocrático, podría haber sido un ladrillo de tamaño considerable. Curiosamente, no lo es y uno se traga los seis capítulos tan ricamente. Si es que ha entrado, claro está, en el juego que le propone el señor Lindholm, más cercano al ajedrez que al fútbol.
Me consta que hay quien se ha aburrido como una seta con La investigación. A mí me ha gustado mucho por su austeridad, su severidad y su peculiar punto de vista. Me hubiese gustado ver y oír al asesino, pero para eso me conformaría con un documental de verdad --la miniserie es, de hecho, un falso documental disfrazado de ficción-- que consistiera en una larga entrevista con Peter Madsen. Con una horita me conformo, señor Lindholm. ¿Se anima?