El día que John Lennon y Salvador Dalí decidieron hacer juntos el camino de Santiago

El día que John Lennon y Salvador Dalí decidieron hacer juntos el camino de Santiago CRÓNICA GLOBAL

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No lo sabías: el día que John Lennon y Salvador Dalí decidieron hacer juntos el camino de Santiago

El genio surrealista catalán quería reunir a mil hippies e ir a pie a la ciudad gallega

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De Dalí uno podía esperar cualquier cosa: desde una aparición con un tigre a una charla intelectual que deviene en fiesta surrealista. Pero muy pocos esperaban que un día el genio catalán se levantara con ganas de peregrinaje.

Esto sucedió. El referente del surrealismo en Cataluña decidió hacer el Camino de Santiago y hacerlo acompañado de una persona a la que admiraba y que, a simple vista, podría parecer un opuesto a su carácter excéntrico, John Lennon.

La idea surgió a mediados de los años 70, cuando el pintor catalán y el músico británico coincidieron en una conversación donde el arte, la religión y la contracultura se entrelazaron de forma tan natural como inesperada. 

El plan era tan excéntrico como inspirador: una peregrinación conjunta, posiblemente durante el Año Santo Compostelano de 1982, que reuniría a un millar de hippies en busca de redención espiritual. Lennon al frente. Dalí dirigiendo la escena.

Plan frustrado

El periodista gallego Antonio D. Olano, amigo personal de Dalí y testigo privilegiado del episodio, relató la historia en su libro La Gran Vía se ríe. "Él quería reunir a mil hippies e ir a pie a Santiago, con el líder de los Beatles a la cabeza. No era nada improvisado, teníamos todo organizado. Pero a Lennon lo mataron y él perdió todo el interés", explicó Olano, dejando claro que la aventura, aunque finalmente abortada, estuvo cerca de hacerse realidad.

El telón de fondo no podía ser más idóneo: el sacerdote Elías Valiña revitalizaba desde los años sesenta la Ruta Jacobea mientras España entraba en su Transición política, abriéndose a los ojos curiosos del mundo. En ese escenario, la marcha de Dalí y Lennon habría supuesto una campaña publicitaria inigualable para el Camino.

Una enemistad, una idea

El plan, en cualquier caso, viene de mucho antes, del año 1957. En esa época, Dalí pintó Santiago el Grande, una de sus obras religiosas más monumentales. Representó al Apóstol a caballo, elevándose hacia lo divino, y confesó haber sentido "un escalofrío existencialista: el escalofrío de la unidad de la patria". 

Esa pintura marcó el regreso del pintor al fervor católico y encendió su deseo de ofrecer el Camino de Santiago como experiencia trascendente a los jóvenes. Todo en respuesta a uno de sus mejores amigos que, en su día, se tornó en enemigo, Luis Buñuel.

La respuesta a Buñuel

El cineasta había realizado La Vía Láctea, película con claras referentes religiosas pasadas por el tamiz del terolense, quien se sirvió del Camino para criticar las herejías del cristianismo. Como en esa época Dalí estaba enemistado con el realizador quiso dar una "respuesta" a Buñuel: reencantar la ruta sagrada, revestirla de un nuevo sentido, casi como si el arte pudiese contraatacar al cine.

En sus propias palabras, recogidas por Olano, Dalí declaró: "Si bien puse en órbita Santiago, jamás me moví del centro de lanzamiento para peregrinar hasta su sepulcro. Lo voy a hacer como es debido cuando me ponga al frente de al menos un centenar de hippies reconvertidos a la religión católica, apostólica y romana". Y añadió: "Mantengo contacto con John, que desea peregrinar".

Conversaciones con John Lennon

Olano sitúa las conversaciones entre Dalí y Lennon a mediados de los 70. Y aunque todo se planificaba con lentitud, el proyecto avanzaba. Según relata, llegó a enviar varios telegramas al cantante de los Beatles desde Cadaqués, por encargo del artista. "Era todo un simple formalismo de Dalí, porque Dalí y Lennon hablaban por teléfono cuando querían. No necesitaban telegramas pero, claro, Dalí era Dalí", recuerda.

El vínculo entre Dalí y Lennon venía de lejos. El artista conocía a los Beatles desde los años 70. El escritor Javier Pérez Andújar sostiene incluso que Dalí les vendió un pelo de su bigote por 5.000 dólares.

El encuentro de dos artistas

El encuentro más sonado se produjo en Ámsterdam, en 1969, durante el Bed In for Peace de Lennon y Yoko Ono. Allí, entre periodistas y sábanas, Dalí les propuso sumarse a una iniciativa contraria: una apología de la guerra, tan provocadora como habitual en el artista.

Pero Lennon siguió en contacto con Dalí, quizá porque ambos sabían lo que podía surgir de un encuentro entre genios. Dalí, siempre atento al zeitgeist, reconocía en Lennon al "rey de los hippies", un público que ya frecuentaba su casa de Portlligat y que a menudo se refería a él como figura casi sagrada.

Miedo a las drogas

Pese a ello, el pintor desconfiaba de su filosofía. Los llamaba en privado "drogadictos fúnebres" y despreciaba sus excesos. Sin embargo, creía que su impulso místico podía canalizarse hacia lo espiritual, y que el Camino podía ser su redención.

“Ellos dejan la droga porque no les da buen resultado para la salud", afirmaba. "Están en plena meditación y se van a ver a sacerdotes a la India. Lo que no les gusta a los jóvenes son los sacerdotes actuales, vestidos de negro, los curas tradicionales".

La conexión religiosa

Lennon también hablaba de religión. Aunque en su día provocó un escándalo al decir que los Beatles eran más famosos que Jesucristo, luego adoptó un tono más introspectivo. "Intentamos hacer contemporáneo el mensaje de Jesucristo. Queremos que gane él", dijo en una entrevista. En su último álbum, Double Fantasy, incluyó la canción Beautiful Boy, dedicada a su hijo Sean, con versos como "Di una pequeña oración / Todos los días y de cualquier forma".

La idea de Dalí era clara: convertir el Camino de Santiago en una performance espiritual y pop. El plan incluía partir desde el Museo del Prado con un homenaje a Velázquez, recorrer la Gran Vía, hacer escala en el Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad Universitaria y, desde allí, iniciar la peregrinación hacia Galicia.

La otra versión de la historia

Pero como siempre pasa con Dalí hay un relato distinto. Según otra versión recogida por Jordi Soler en su libro Salvador Dalí y la más hermosa de las chicas ye-yé, en 1970 Dalí escribió una carta a Lennon proponiendo formalmente el viaje. 

Un hippy que merodeaba por su casa se ofreció a enviarla, pero acabó vendiéndola en una subasta por miles de libras. Sea cierto o no, la historia ha alimentado un mito: el de un Camino de Santiago que pudo haber sido la mayor obra surrealista y musical del siglo XX.