
Parador Vic-Sau OSONA TURISME
El mejor parador de Cataluña para disfrutar en Semana Santa: situado en una antigua masía y con vistas a un enorme pantano
Duerme en un caserón señorial en lo alto de una colina convertida en mirador natural
Más información: Una ciudad, tres nombres y 2000 años de historia: esta es uno de los municipios menos valorados de Cataluña
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Las masías catalanas han servido para mucho. Si en su origen, y todavía ahora, su uso era más bien para el campo, en pleno siglo XXI ofrece muchas posibilidades.
No son pocos los hoteles, hostales y otros tipos de alojamientos turísticos que reutilizan algunos de estos antiguos edificios para convertirlos en un negocio. No les va mal. La idea de alojarse en el mismo sitio que un día sirvió para el desarrollo profesional, personal y económico de una familia atrae.
Lo cierto es que tienen su atractivo. Las masías catalanas tienen su origen en la Edad Media, y durante siglos fue la vivienda de las familias campesinas que trabajaban la tierra y criaban ganado.
Estas construcciones suelen ser de piedra, con tejado a dos aguas de teja árabe, muros gruesos, y una arquitectura adaptada al clima y a la vida autosuficiente del campo. Muchas tienen anexos como establos, almacenes o corrales. Suelen estar aisladas o cerca de pequeños pueblos.
Conexión histórica
Todo ello les da un atractivo mayúsculo para aquellos viajeros que buscan cierta conexión con la naturaleza, la historia, la vida rural y la tradición. De allí, que sean tan del gusto de los amantes del turismo rural.
Para ellos, hay una masía reconvertida en parador que no deberían perderse. Se trata de un espectacular parador con vistas a uno de los pantanos más conocidos de Cataluña, con una iglesia románica que sobrevive bajo las aguas.
Dónde está el parador
Sí, el Parador de Vic-Sau se alza en estee enclave único y se presenta como la mejor opción para una escapada de Semana Santa.
Situada a pocos kilómetros de la ciudad de Vic (Osona), dominando el enorme pantano de Sau y rodeado por la sierra frondosa de Les Guilleries, ofrece unas vistas únicas y una tranquilidad fuera de lo común.

Parador Vic-Sau OSONA TURISME
Alojamiento en una antigua masía
El actual alojamiento ocupa el edificio de una antigua masía catalana exquisitamente rehabilitada, que conserva la arquitectura tradicional de piedra y teja típica, integrada en el paisaje rural. Al llegar, el visitante descubre un caserón señorial en lo alto de una colina, mirador natural desde el que se abarca una panorámica espectacular del embalse y las montañas circundantes.
A pesar de su encanto rústico, el Parador ofrece comodidades modernas de alta gama. La antigua masía acoge en su interior un hotel de cuatro estrellas con espacios reformados: un interior elegante y luminoso y 38 habitaciones amplias de diseño actual, algunas dotadas de terraza privada para disfrutar del paisaje.
Cómo son las habitaciones
Los suelos de baldosa catalana, techos con vigas de madera y mobiliario contemporáneo logran un equilibrio entre tradición y confort. En el exterior, un cuidado jardín panorámico rodea el edificio, con césped impecable y rincones sombreados donde relajarse. Destaca su piscina exterior, de temporada, situada en un nivel inferior del jardín: una alberca azul con vistas al valle donde darse un baño al atardecer resulta inolvidable
Completa la oferta un tranquilo bar-terraza y salones acogedores para lectura o reuniones, además de estacionamiento amplio gratuito. Todo está pensado para que el huésped disfrute tanto del entorno natural como del confort actual.
Qué comer en el hotel
Uno de los puntos fuertes del Parador de Vic-Sau es su restaurante panorámico, donde la gastronomía local se marida con las vistas. En un comedor luminoso, de estilo moderno pero cálido, se sirven especialidades de la cocina catalana de la comarca de Osona, famosa por sus embutidos y guisos de interior.
El chef del Parador propone platos tradicionales con un toque gourmet: desde la longaniza de Vic y otros embutidos artesanales servidos con coca de pan del Mossèn, hasta carnes de caza mayor y butifarra a la brasa con mongetes del ganxet (alubias típicas). Los productos de proximidad son protagonistas de la carta, incluyendo verduras de la huerta local y setas de temporada.

Restaurante del Parador Vic-Sau PARADORES
Un desayuno con vistas
Todo ello se disfruta en mesas junto a amplios ventanales: degustar estos manjares viene acompañado de una vista inmejorable del pantano de Sau abajo y las verdes cumbres de Les Guilleries al fondo.
Desayunar con la neblina matinal sobre el pantano o cenar contemplando el atardecer anaranjado reflejado en el agua son experiencias gastronómicas memorables para el visitante.
Un lugar tranquilo
Pero sin duda, el mayor lujo que ofrece este Parador es la calma absoluta de su entorno. Aquí solo se oyen el canto de los pájaros al amanecer y la brisa entre los árboles; la sensación de paz es inmediata. Muchos huéspedes coinciden en que es “un lugar ideal para desconectar, con mucha tranquilidad”.
Desde las terrazas y miradores naturales del hotel se contemplan vistas de ensueño: el embalse de Sau, de un intenso azul turquesa, serpentea entre las paredes de roca rojiza del Collsacabra, y en días despejados se perfilan en el horizonte las siluetas de los Pirineos lejanos. Al caer la noche, el cielo estrellado y el silencio invitan al descanso reparador.
Un entorno único
Existen senderos que parten casi desde la puerta del Parador, internándose en bosques y miradores sobre el pantano. A poca distancia se pueden visitar joyas como el monasterio románico de Sant Pere de Casserres, encaramado en un meandro del Ter, o realizar paseos en kayak hasta el campanario sumergido de la antigua iglesia de Sant Romà de Sau, que asoma misteriosamente cuando bajan las aguas.
Y para quienes buscan un recuerdo inolvidable, es posible contratar un vuelo en globo que sobrevuela la zona, ofreciendo una perspectiva única de este paisaje espectacular.
Qué hacer
Cabe mencionar que, además de su entorno natural, el Parador de Vic-Sau está a un paso de Vic, capital comarcal, lo que añade un toque cultural a la estancia. En apenas 15 minutos en coche se alcanza esta ciudad histórica, conocida por su catedral, su templo romano del siglo II y su plaza Mayor porticada repleta de vida.
La proximidad de Vic permite al viajero alternar días de naturaleza con una visita a su casco antiguo medieval, sus museos y su famosa gastronomía local (como la longaniza), antes de regresar al remanso de paz que supone el Parador en medio de la montaña.
Cómo llegar
Desde Girona, el trayecto en coche hasta el Parador de Vic-Sau dura aproximadamente 1 hora y 10 minutos. Se debe tomar la autovía C-25 en dirección a Vic/Manresa hasta la salida 183 hacia Roda de Ter. Desde allí, se continúa por la C-153 y posteriormente por la carretera local BV-5213, siguiendo las indicaciones hacia Tavèrnoles y el Pantano de Sau.
Desde Barcelona, el viaje en coche hasta el Parador de Vic-Sau tiene una duración aproximada de 1 hora y 30 minutos. Se debe tomar la C-17 en dirección a Vic. Una vez en las inmediaciones de la ciudad, se enlaza con la C-25 y luego se toma la salida 183 hacia Roda de Ter. Desde allí, se continúa por la C-153 y la BV-5213 en dirección a Tavèrnoles y el pantano.