
La desconocida casa de Puig i Cadafalch: un curioso Bien de Interés Nacional a una hora de Barcelona
Ni Casa Amatller ni Palau Macaya: la desconocida obra de Puig i Cadafalch que es Bien de Interés Nacional y está a una hora de Barcelona
Los artistas no solamente hacen obras de arte, viven en ellas, y este es el caso de la casa modernista de Puig y Cadafalch
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Portlligat siempre va a estar conectado a Dalí. La casa que se hizo construir el genio del surrealismo catalán es icónica: sus formas, sus esculturas, su jardín… Todo a la imagen del artista. Otras casas de artistas y referentes catalanes, en cambio, pasan más desapercibidas. Es el caso de los hogares de los genios del modernismo. ¿Cuánta gente visita la casa dónde nació Gaudí? ¿Y la de Sagnier?
Si bien hay edificios que no siempre son acordes a la obra del artista, algunas son casi su fiel retrato. La de Dalí es un ejemplo, pero la de Puig i Cadafalch, también.
El genio modernista, creador de la Casa Amatller, tuvo una casa de veraneo que bien merece ser conocida y visitada. No se encuentra en Barcelona, está a media hora, y su riqueza arquitectónica y el arte que guarda cada detalle asombra a quien se acerca a verla.
Dónde está la casa de veraneo modernista
Ubicada en el municipio de Argentona, en la comarca del Maresme, la casa de veraneo de Josep Puig i Cadafalch es una de las construcciones más representativas del modernismo catalán. Situada en una manzana delimitada por los actuales Carrer Torras i Bages, Carrer Dolors Monserdà y la Plaça de Vendre, esta residencia es el resultado de una ingeniosa reforma arquitectónica en la que Puig i Cadafalch transformó tres antiguas viviendas en una única mansión de aire medievalista.

Casa Puig i Cadafalch en Argentona
Más que una simple casa de veraneo, este edificio se convirtió en una expresión de su visión arquitectónica y en un testimonio de su profunda admiración por el gótico catalán.
Una transformación arquitectónica única
La historia de esta residencia se remonta a finales del siglo XIX, cuando Puig i Cadafalch decidió ampliar la casa familiar de los Puig, ubicada en el número 7 del Carrer Dolors Monserdà. Con la adquisición de las dos viviendas contiguas, el arquitecto comenzó un ambicioso proyecto de reforma en 1897.
Su objetivo no era solo ampliar la residencia, sino convertirla en una obra modernista que combinara elementos medievales y góticos con los avances y la estética del modernismo catalán.

Fachada de la casa de Puig y Cadafalch
Para lograr esta transformación, Puig i Cadafalch derribó las paredes medianeras que separaban las tres casas y construyó nuevas estructuras, como una galería al sur que se convirtió en la entrada principal y un pequeño cuerpo en el lado occidental del edificio. Además, incorporó detalles decorativos que acentuaban la estética medievalizante del conjunto, incluyendo merlones, esculturas y pinturas modernistas.
Una fachada con influencias góticas y modernistas
La fachada principal de la casa, orientada hacia el patio interior, es una muestra del exquisito trabajo arquitectónico de Puig i Cadafalch. En ella se combinan elementos modernistas con referencias al gótico catalán.
Por otro lado, las fachadas que dan a los Carrers Dolors Monserdà y Torras i Bages conservan antiguos ventanales góticos, mientras que otras aperturas de la reforma fueron protegidas con elaboradas rejas de hierro forjado inspiradas en la forja medieval.
Uno de los elementos más característicos de la casa es el porche, formado por una pérgola de madera con una glorieta hexagonal en una de sus esquinas. Esta glorieta está coronada por una cúpula piramidal, y la tribuna que la rodea presenta una barandilla de celosía, reforzando el carácter medievalista del edificio.
Además, el alero del tejado, de gran voladizo, está decorado con merlones de ladrillo visto y un imponente pináculo en la esquina, reforzando la imagen de fortaleza que Puig i Cadafalch quería imprimir en su casa de veraneo.
Un interior íntimo y detallista
El interior de la casa refleja el gusto por el detalle y la riqueza ornamental del modernismo. A diferencia de la sobriedad de la fachada, los espacios interiores se caracterizan por su calidez y complejidad espacial. La distribución de la luz fue un elemento clave en el diseño, utilizando galerías interiores y exteriores para crear efectos de iluminación indirecta. Esto generaba una atmósfera intimista con zonas de penumbra que resaltaban la decoración.

Detalles de la casa modernista
Puig i Cadafalch utilizó una combinación de materiales nobles y populares, conjugando la madera con la cerámica vidriada, las columnas jónicas con los arcos conopiales dentados, y los techos decorados con entramados de madera o molduras de escayola. En lugar de tabiques convencionales, los salones están separados por arcos ornamentales, lo que aporta una sensación de continuidad y amplitud al espacio.
Las ventanas y puertas fueron decoradas con rejas trabajadas y gárgolas con motivos florales, mientras que los suelos y zócalos incluyen cerámica vidriada con patrones geométricos típicos del modernismo. El techo está formado por vigas de madera pintadas en colores claros, lo que contribuye a la sensación de luminosidad y frescura en el interior.
La intervención de Eusebi Arnau
En la casa también se encuentran esculturas ornamentales de Eusebi Arnau, uno de los escultores más importantes del modernismo catalán. Estas esculturas, concebidas originalmente para otras obras de Puig i Cadafalch, fueron reutilizadas en la casa de veraneo, aportando un aire sofisticado y artístico a la residencia.
Arnau, que colaboró con Puig i Cadafalch en múltiples proyectos, dejó su huella en elementos decorativos de la casa, desde capiteles esculpidos hasta relieves en las fachadas.
Un punto de encuentro para la élite cultural y política
La finalización de las obras en 1905 fue un acontecimiento de gran relevancia en la vida social y política de la época. La inauguración de la casa de veraneo fue celebrada con una gran fiesta a la que asistieron destacadas personalidades del ámbito cultural y político catalán. Esta efeméride quedó inmortalizada en un mural de azulejos ubicado en el patio, que aún hoy recuerda el evento.

La casa de Josep Puig i Cadafalch está ubicada en la Plaça del Vendre
Más allá de ser solo una residencia de verano, la casa de Puig i Cadafalch en Argentona se convirtió en un centro de reunión para la intelectualidad catalana de principios del siglo XX. Allí se discutían proyectos, ideas y movimientos culturales que influirían en la evolución del modernismo y del Noucentisme en Cataluña.