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Uno de los techos más conocidos de Cataluña es el de la Pedrera. Las chimeneas diseñadas por Gaudí, que representan la batalla de moros y cristianos, son fotografiadas y vistadas por millones de personas cada año.

Este no es el único techo famoso, sobre todo ahora, que con la moda de los rooftops, varios hoteles y edificios de la ciudad abren sus tejados para el turista o cualquier persona que quiera disfrutar de unas buenas vistas.

Techos curiosos de Barcelona

Luego están los techos curiosos. Por un lado, está el del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), donde se esconde una mano de inspiración románica que sirve de pararayos. Por el otro, Barcelona tiene oculta una silla espectacular escondida en un tejado.

Está en el centro de la capital catalana. Muchos han elevado la vista hacia ese edificio para fascinarse por lo que ven, en cambio, son pocos los que logran ver la silla. Y eso que se ve a simple vista.

Dónde está

Se encuentra en la Fundació Antoni Tàpies, situada en la calle Aragón de Barcelona, muy cerca de la Casa Batlló de Gaudí. Este museo es conocido por su particular techo alambicado, y allí, precisamente, se puede ver una silla, obra del artista.

Inaugurado en junio de 1990, este centro expositivo y cultural es uno de los espacios más emblemáticos de Barcelona dedicados al arte contemporáneo. La originalidad de su tejado y su conexión con la historia de la ciudad lo hacen más que especial.

Edificio modernista

En realidad, la fundación se encuentra en un edificio modernista, diseñado entre 1880 y 1882 por el arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner. Y no un edificio cualquiera.

Este fue el primer inmueble del Eixample de Barcelona que integró elementos de la arquitectura industrial, combinando hierro y ladrillo visto en una estructura pensada para la actividad editorial que albergó en sus inicios. 

Fundació Antoni Tàpies AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Un cambio que cumple 25 años

Cuando en 1990 el edificio fue restaurado y acondicionado por los arquitectos Roser Amadó y Lluís Domènech Girbau para albergar la Fundació Antoni Tàpies, se decidió que una gran escultura de Tàpies coronaría la fachada para subrayar la nueva función del espacio y darle mayor presencia visual en el entorno urbano, el artista decidió crear una pieza especial.

De hecho, el artista quiso aumentar la altura del edificio, que había quedado atrapado entre las paredes medianeras de las casas contiguas. A fin de no intervenir ni hacer un añadido a la obra de Domènech i Montaner, apostaron por otros materiales

Una silla en las nubes

Antoni Tàpies creó entonces la escultura Núvol i cadira ('Nube y silla'), una escultura monumental que representa una gran nube de la que sobresale una silla. Esta imagen, recurrente en la obra de Tàpies, está cargada de significado. 

La silla es un símbolo de la contemplación, el pensamiento y la meditación, aspectos esenciales en la visión artística del autor. La nube, por su parte, evoca lo efímero, lo intangible, un elemento que contrasta con la materialidad del edificio sobre el que se asienta.

Núvol i Cadira, de Tàpies WIKIPEDIA

La ayuda de Tàpies

La obra, que ha pasado a convertirse en un símbolo de la fundación y del arte contemporáneo en la ciudad, está suspendida sobre ocho largas almijarras voladas que siguen la estructura de la fachada, lo que le da una sensación de ligereza y flotación sobre el edificio.

Para la construcción de Núvol i cadira, Antoni Tàpies contó con la colaboración técnica de Pere Casanovas. La escultura está realizada con tubos de aluminio anodizado en plata y malla de acero inoxidable, materiales que le otorgan una apariencia etérea y resistente al mismo tiempo. 

Cómo es la silla

Sus dimensiones son imponentes: 12,7 metros de altura, 24 metros de longitud y 6,8 metros de profundidad. Estas proporciones permiten que la obra dialogue tanto con el edificio como con el entorno urbano, convirtiéndose en un punto de referencia visual en el Eixample.

Desde su instalación, Núvol i cadira se ha convertido en un icono de la Fundació Antoni Tàpies y en un símbolo del arte contemporáneo en Barcelona. La escultura refleja la esencia del pensamiento artístico de Tàpies, donde los objetos cotidianos se transforman en elementos de profunda carga simbólica y filosófica. Claro que muchos, entre tanta nube, no siempre ve la silla.

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