
Fabrica de cemento de la Pobla de Segur
Edificio rescatado: la abandonada cementera centenaria de Lleida salvada por un empresario catalán
A pesar de su estado de conservación, el nuevo propietario espera rehabilitar el edificio y hacer de él un nuevo atractivo turístico
Más información: El castillo más antiguo de Cataluña: una joya del siglo X declarada Bien Cultural de Interés Nacional
Noticias relacionadas
La historía industrial de Cataluña es muy rica. La comunidad autónoma fue una de las pioneras de la industrialización en España.
Gracias a los ríos que bañan la comunidad y que ayudaban a la electrificación de la zona, las fábricas empezaron a alojarse en las riberas fluviales. De allí, que todavía se puedan ver grandes industrias en zonas de montaña.
Dónde está
Pero antes de todo esto, era necesario poder edificar las centrales hidroeléctricas. Para ello, hacía falta cemento y una de las primeras cementeras de España dedicadas a ellos fue, la de la Pobla de Segur.
Construida a principios del siglo XX y ubicada cerca de la carretera N-260, en dirección a Sort, fue una de las primeras de toda España. La cementera, datada de 1912, nació con un propósito muy concreto: abastecer de material a las obras de construcción de las centrales hidroeléctricas del Pallars.
Capacidad de la fábrica
Desde su puesta en marcha fue un punto clave dentro del desarrollo energético de la región, en un contexto en el que la industrialización exigía grandes cantidades de cemento para infraestructuras estratégicas.
La planta contaba con dos imponentes hornos verticales de tipo Steiger, capaces de producir hasta 60.000 kilos de cemento al día, y una enorme chimenea de 27 metros de altura, elementos que la convertían en una de las fábricas más destacadas de su tiempo.
Un proyecto con fecha de caducidad
El problema fue que tan pionera y necesaria como fue, tan pronto nació ya tenía marcada su fecha de caducidad. Como el objetivo era el de ayudar a la construcción de las centrales hidroeléctricas, una vez estas se llevaron a cabo, poco más podían hacer desde la Pobla.
En 1917, con la finalización de los principales proyectos hidroeléctricos de la zona, la fábrica fue vendida a la empresa Asland, desmantelada y trasladada a Montcada i Reixac (Barcelona), donde continuó operando. Desde entonces, las instalaciones originales quedaron en desuso, cayendo en un estado de progresivo deterioro.
Estado de abandono
Durante décadas, su estructura resistió el paso del tiempo, pero en los últimos años su conservación se convirtió en un desafío cada vez mayor. Tanto es así que, hace cuatro años, sus anteriores propietarios valoraron la posibilidad de demoler el edificio debido a su avanzado estado de degradación.
Varios vídeos que circulan por internet muestran su pésimo estado de conservación. Si bien algunos agricultores aprovechaban algunas de sus estancias para convertirlas en almacén, la estructura era cada vez más deficitaria. El riesgo de derrumbe era cada vez mayor, por lo que la centenaria cementera empezó a ser un peligro.
Sus nuevos propietarios lo vieron claro: era necesario derribarla. La decisión, en cambio, significaba una pérdida del legado industrial, social e histórico de Cataluña. Tanto es así, que despertó la preocupación de colectivos patrimonialistas y vecinos de la zona.
Varios ciudadanos alertaron que la desaparición de la cementera significaba la pérdida de una pieza clave en la historia industrial del Pallars. Un mensaje que pareció calar.
Una nueva vida
Hace apenas dos años, en 2022, la fábrica fue adquirida por Xavi Forga, empresario del sector de la construcción. Su objetivo era muy distinto que el de sus antiguos propietarios, su voluntad siempre fue apostar por la rehabilitación de esta planta.
Según explica Forga a Pallars Digital, la cementera todavía mantiene una estructura firme, aunque algunas partes del edificio presentaban problemas graves. Por eso, durante los últimos dos años, se han llevado a cabo trabajos de restauración en las edificaciones más antiguas.
Rehabilitación de la cementera
El empresario ha realizado intervenciones para conservar la chimenea y el interior del recinto. Además, se ha llevado a cabo la rehabilitación de la fachada que da a la carretera. No obstante, la cubierta de una de las naves sigue en mal estado y su recuperación será una de las siguientes fases del proyecto.
Uno de los objetivos principales de la rehabilitación es conservar la estructura de madera original, que, según el empresario, es uno de los elementos más valiosos del edificio. Se priorizará la reutilización de los materiales existentes y, en caso de que alguna parte no pueda ser recuperada, se reconstruirá utilizando materiales similares, principalmente madera.
Entre el museo y el turismo rural
La recuperación de la fábrica no solo busca evitar su desaparición, sino también dotarla de una nueva función. Aunque todavía no hay un plan definitivo.
Forga contempla dos posibilidades: convertir la antigua cementera en un museo dedicado a la historia industrial y a la producción de cemento o bien desarrollar un proyecto vinculado al turismo rural.
Nuevos objetivos
La voluntad del empresario es poner en valor el legado de esta infraestructura y abrirla al público, convirtiéndola en un atractivo cultural y turístico dentro del Pallars Jussà. Algo que se sabe que es posible.
Este tipo de reconversión no es nueva en Cataluña. Varias antiguas fábricas han sido rehabilitadas con éxito para fines culturales o turísticos. La antigua cementera de Castellar de n’Hug, se ha transformado en el Museu del Ciment Asland, por ejemplo.
Un proyecto con tren incluido
La fábrica de cemento de La Pobla de Segur es una de las pocas infraestructuras industriales de principios del siglo XX que se conservan en la región. Su recuperación puede ser una oportunidad para preservar un fragmento de la historia del Pallars, recordar el impacto de la industrialización en la zona y generar nuevas dinámicas económicas basadas en la revalorización del patrimonio.
Además, puede ser un atractivo para más de la zona. Por allí pasa uno de los trenes más espectaculares de Cataluña, el tren de los lagos. Un añadido más para hacer atractivo un espacio como la centenaria fábrica de cemento.