Unas termas romanas

Unas termas romanas

Historia

No es Sant Boi: estas son las termas romanas más espectaculares de Cataluña a media hora de Barcelona

Pasado y presente se unen en este rincón descubierto por uno de los imperios más famosos de la historia

Más información: El abandonado castillo del siglo XVI que pone en jaque a una inmobiliaria catalana: un Bien de Interés Cultural a punto del colapso

Publicada

Noticias relacionadas

No hace falta irse a los Pirineos para ir a buscar unas termas. Caldes de Boí está muy bien, pero queda lejos si uno vive en Barcelona. Cerca de la capital catalana existen unos baños romanos espectaculares que sorprenden por su majestuosidad y su buen estado de conservación.

Las termas en cuestión están a poco más de media hora de Barcelona. No es Sant Boi de Llobregat, que también oculta unas ruinas de la época, sino que estas se encuentran en sentido norte.

Poco conocida

El lugar en cuestión es Caldes de Montbui, una ciudad balneario que fue descubierta por los romanos y que, en cambio, en la actualidad pocos catalanes conocen. La fama se la ha llevado las ya citadas del Pirineo, las de Vichy Catalan o las de Montbrió, pero las más espectaculares están más cerca.

La gracia de este pueblo es que las aguas termales rebosan. Hay fuentes en medio del municipio donde el agua sale ardiendo y, en los balnearios actuales, se esconden también ruinas de la época.

Origen en el siglo I a.C.

Pasado y presente se unen en Caldes de Montbui, un rincón de la Península que los romanos descubrieron con mucho acierto. Fue en el siglo I a.C. cuando, explorando Hispania dieron con estas aguas medicinales.

Expertos en el arte de la guerra, pero también amantes del buen ocio, erigieron allí diferentes piscinas de agua fría y caliente que facilitaban la higiene y el descanso de sus ciudadanos. Y no tardaron, tan pronto como dieron con el manantial, erigieron un enorme balneario que aún se puede ver.

Caldes de Montbui

Caldes de Montbui

 

Las partes de las termas

Un paseo por Caldes permite ver partes del caldarium, el frigidarium e incluso la piscina de la época. Sólo se conservan sus ruinas, pero son tan monumentales que impresionan.

Los registros indican que las termas romanas ya existían en el año 130 a. C. y se mantuvieron en activo durante más de un milenio, hasta mediados del siglo XVII. No en vano, era una de las mayores construcciones termales de la zona. Si una terma corriente romana tenía una sólo piscina, esta gozaba de varias.

Propiedades de las aguas

Su fama era tal que hay documentos que explicitan que sus visitantes no solo procedían de la cercana Barcino, incluso de la mismísima Tarraco, que si ahora está a hora y media en coche, en esos tiempos el viaje era mucho más largo. Pero les merecía la pena, tanto como ahora visitar el lugar. Además, eran termas mixtas, en diferentes horarios las podían usar hombres y mujeres, algo poco habitual por aquel entonces.

Las termas tenían un gran peso en aquella época, primero porque hasta allí se desplazaban decenas de enfermos a los que curar, pero también tenía otros usos. Como sucedía también en el Japón del siglo pasado, entre baño y baño, se cerraban negocios. Claro que también hacía las veces de centro cultural y, obviamente, de lugar de relax y ocio. Siglos más tarde, correría peor suerte.

Estado de las termas

A medida que diversas casas privadas empezaron a tener acceso a las aguas termales, este espacio público empezó a ser menos concurrido e incluso necesario. Eso, sumado al fuerte olor de la mineralización de las aguas, llevó a su demolición definitiva a mediados del siglo XVII. Bueno, casi definitiva.

De aquellos tiempos todavía se rescataron algunos restos repartidos por la ciudad, pero, lo mejor conservado está oculto. Hay una piscina de la época que, quedó en el sótano del consistorio y su uso fue más que particular.

Nuevo uso: una cárcel

Cerradas las termas romanas, allí se erigió el ayuntamiento. El consistorio tenía un pasillo que iba directo a esa piscina, pero, de repente, esa piscina fue intervenida para ser usada como prisión. Una cárcel donde se encerraron aquellas personas consideradas brujas.

Pasados los años, ese lugar se tornó en universidad, con piscina romana incluida, y en los años 50 del pasado siglo el edificio se demolió. Aun así, todavía se puede disfrutar de diferentes espacios de aquella época conservados en excelente estado.

Terma Romana de Caldes de Montbui

Terma Romana de Caldes de Montbui

Qué ver 

En el centro de la ciudad, se puede ver una piscina rectangular central de 13,5 x 6,9 metros con cinco escalones y una grada, así como otras dos piscinas en forma de exedras semicirculares frontales que funcionaban como baños individuales. La parte de la grada también conserva una bóveda de cañón apoyada sobre pilares y arcos de piedra, conservada gracias a una restauración que se llevó a cabo en 1956.

Fuera de esta zona, todavía se puede contemplar la Font del Lleó que, con sus aguas a 74ºC, es considerada una de las más calientes de Europa. Cerca de allí, aparece un antiguo lavadero, donde, hasta hace relativamente poco, todavía se usaba como tal. Claro que mejor no meter mucho la mano, sus aguas son bastante caldas.

Cómo llegar

Para llegar a Caldes de Montbui desde Barcelona en coche, es mejor ir por la C-33 en dirección a Montmeló y luego incorporarse a la C-59 en dirección a Caldes de Montbui. El trayecto dura aproximadamente 35-40 minutos.

Otra opción es tomar la C-17 en dirección a Vic hasta la salida de Parets del Vallès y desde allí enlazar con la C-59 hacia Caldes de Montbui. Este recorrido es bastante más largo, pero puede ser útil en caso de congestión en la C-33.