La capital de Bulgaria y la tradición de Sant Jordi

La capital de Bulgaria y la tradición de Sant Jordi

Historia

No es Cataluña: la ciudad europea que también celebra Sant Jordi y baila sardanas en sus fiestas

La localidad y buena parte del país está repleto de representaciones de este santo

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Los santos no son de nadie. A pesar de que haya mucho devoto que le rece a “su santo”, es de cualquier cristiano que sienta más predilección por uno y otro. Aunque hay países, ciudades y regiones que tienen también sus favoritos.

Sant Jordi es el caso más destacado de Cataluña. Este es el patrón de la comunidad autónoma y, aunque el día 23 no sea festivo, se celebra por todo lo alto. 

La leyenda de Sant Jordi

A nivel internacional, ese día es también el día del libro y los catalanes juntan esa efeméride con la leyenda del santo. Resumido: dice la tradición que Montblanc (Tarragona) estaba atemorizada por un dragón que se comía su ganado y, cuando acabó con él, raptó a la princesa, a quien Sant Jordi salvó de sus fauces al bajar del cielo con un caballo alado y tras clavar su lanza al animal, de la sangre brotó una rosa. De allí que en Sant Jordi se regale esta flor.

Hasta aquí, todo dentro de lo normal. Las representaciones de este santo están en diversas ciudades y pueblos de Cataluña, pero pocos saben que pasa igual o más a 1746,6 kilómetros.

Esculturas como las de la catedral de Barcelona

Cualquier catalán que pasee por Bulgaria puede detectar que en algunas iglesias o localidades aparece una figura que recuerda a Sant Jordi: un caballero a caballo que clava una lanza a un dragón. Cuadros, retablos y esculturas lo demuestran.

En la misma capital del país, Sofía, hay una plaza en cuyo centro hay una columna en cuya cúspide aparece una representación del santo. Una figura que, aseguran, se parece a la que también existe en la Catedral de Barcelona. Pero hay más.

La primera iglesia de Sofía

En esta misma ciudad hay una iglesia dedicada al santo, Sveti Georgi. Se trata del edificio e iglesia más antiguo de la capital búlgara. Se erige sobre un templo pagano, cuando la Roma cristiana del siglo IV, empezaba a procesar el cristianismo.

Más allá de que durante la invasión otomana se convirtiera en mezquita, desde el siglo XIX tiene el aspecto actual, el de una iglesia ortodoxa. Pero hay más.

Sant Jordi en el edificio del Gobierno

La importancia del edificio y la devoción por el santo es tal que, desde hace décadas, la iglesia se encuentra dentro del edificio del gobierno búlgaro, en el patio. Es allí, en el centro de la ciudad, donde se asentaron los romanos y se fundó la ciudad.

Para los que se pregunten de dónde viene tal devoción a Sant Jordi, recordar que, igual que pasa en Cataluña, este santo es el patrón del país. De allí tanta representación en territorio búlgaro.

Una historia similar a la de Sant Jordi

Lo que ya es más curioso es que la leyenda del Sant Jordi sea tan parecida a la catalana. La única diferencia es que, en la historia búlgara, el dragón estaba en un lago y allí el pueblo tiraba el ganado para alimentarle y, cuando se hizo con la princesa, Sveti Georgi vino con su caballo y lo mató.

¿Similar, no? Si uno atiende a lo que dicen los libros de historia, Sant Jordi es más de ellos que de los catalanes. El Jordi del santoral es en realidad una figura histórica. Jorge era el nombre de un soldado de Capadocia que trabajaba a las órdenes del emperador romano Diocleciano, uno de los primeros mártires del cristianismo. Años más tarde, el guerrero fue canonizado y declarado patrón de los caballeros.

Otro día del santoral

Sólo hay dos cosas entre el Sant Jordi catalán y el búlgaro. En el relato del país europeo no hay rosa y en Bulgaria su día no es el 23 de abril, sino el 6 de mayo. Y es que, según el calendario ruso por el que se rige la iglesia ortodoxa, ese es el día en que falleció el Jorge de Diocleciano.

Ese día es la fiesta nacional de Bulgaria y el momento de una nueva coincidencia con Cataluña. El 6 de mayo es costumbre en el país comer cordero y bailar el horo

Plaza de Sofía

Plaza de Sofía CANVA

¿Y la sardana?

Este baile tradicional búlgaro se baila formando un corro. Los bailarines tienden las manos en forma de cruz y mueven los pies a los modos de… ¡una sardana! Y además con trajes regionales muy similares. 

Unas coincidencias que no dejan de llamar la atención y que sirve para colgar videos curiosos en Instagram o escribir artículos como este.