El puerto de Canadá con nombre catalán, Port Alberni

El puerto de Canadá con nombre catalán, Port Alberni

Historia

El puerto de Canadá con nombre catalán: cuando los colonos defendieron el país que Trump quiere anexionar a Estados Unidos

Cataluña también participó en la conquista de territorio americano y dejó su particular huella

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Donald Trump toma posesión este 20 de enero como presidente de Estados Unidos. Lo hace con unas promesas más que polémicas: que el canal de Panamá sea de titularidad estadounidense, Groenlandia también y que Canadá se convierta en el estado número 51.

Por el momento, el magnate se ha encontrado con la oposición de los países mencionados, aunque siempre tiene sus defensores. El problema es que el futuro presidente de EEUU no descarta el uso de la violencia para conseguir estos propósitos.

Los años de la conquista

Todo eso ha venido a recordar los peores años de la conquista de América llevada a cabo por los españoles. Una colonización que, hoy en día, sigue presente en todos estos territorios: desde Argentina a Alaska.

Los nombres de ciertas ciudades, islas e incluso puertos lo hacen más que evidente. Algunos países han preferido deshacerse de los nombres que les pusieron sus colonizadores, otros, en cambio, los recuerdan con cariño.

Un puerto con nombre catalán en Canadá

Este es el caso de un pequeño puerto de Canadà que, con el paso de los años se convirtió en ciudad y punto estratégico del país. Esta zona está conectada directamente con Cataluña. Su nombre, Port Albeni, ya da algunas pistas.

Bautizada así en 1861 por el capitán británico George Henry Richards, este lugar rinde homenaje al militar catalán Pere Alberni Teixidor, un personaje clave en las expediciones españolas en América del Norte durante el siglo XVIII. 

De Tortosa a América

Nacido en Tortosa en 1747, Pere Alberni fue un militar destacado en el Segundo Regimiento de Voluntarios Catalanes. Su viaje hacia América comenzó en 1767, cuando se trasladó a México para desempeñar roles como comandante en Nayarit. Sin embargo, su destino cambiaría radicalmente en 1789, cuando fue asignado a restablecer el Fuerte de San Miguel en Nutca, un estratégico enclave en la isla de Vancouver.

Alberni llegó a Nutca en 1790 acompañado de un equipo de 90 hombres, principalmente catalanes, y dedicó dos años a reconstruir la fortificación, que incluía barracones, una enfermería, huertos y un sistema de defensa artillera. 

Implicación en el territorio

Su labor no se limitó a las tareas militares, ya que también exploró la cultura local recopilando vocabulario indígena y colaborando con naturalistas como José Mariano Mociño y Alejandro Malaspina. Su dedicación dejó una profunda huella en la región, marcando el inicio de una conexión histórica entre Cataluña y Canadá.

El impacto de Alberni no terminó con su salida de Nutca. En 1861,y ya fallecido, Richards reconoció su legado al bautizar el puerto y la ensenada que de allí sale con el nombre del catalán, en su honor. 

Un recuerdo que perdura

Así como muchos colonos son recordados por sus atrocidades, este tortosino mantiene el cariño de los vecinos de Port Alberni. Se lo recuerda como un defensor de las tradiciones y culturas locales frente a otros conquistadores de la época. Algo poco habitual.

Y de esos tiempos pasados a los modernos. Ese pequeño pueblo se ha convertido hoy en una ciudad de nombre catalán, pero con ADN 100% canadiense. Algo que Trump, ahora, amenaza con pervertir.

Cómo es Port Alberni

Port Alberni, con una población de aproximadamente 17.743 habitantes, es un punto clave en la industria pesquera y maderera de Canadá. Su ubicación estratégica en el valle de Alberni, al extremo interno de la ensenada más larga de la isla de Vancouver, lo convierte en un enclave tanto histórico como económico. 

Además, su conexión con el legado catalán se celebra en lugares como el Museo del Valle de Alberni, que detalla la historia de las Primeras Naciones y de los exploradores europeos en la región.

Qué ver

Más allá de su rica historia, Port Alberni es un destino ideal para los amantes de la historia. La ciudad ofrece actividades como el Ferrocarril del Pacífico, un recorrido pintoresco a través de los bosques del valle, o visitas al lago Sproat y sus petroglifos. 

Para los que son más del senderismo, Port Alberni cuenta con rutas como el Log Train Trail y el desafiante Judges Route, que conduce al monte Arrowsmith. Además, los visitantes pueden explorar el Centro Histórico Nacional McLean Mill, donde se revive la historia maderera local, o adentrarse en las cataratas del Parque Provincial de Fossoli.

Historia, paisaje, pesca, cultura y una conexión única. Esto es lo que esconde este puerto con nombre de un explorador catalán que veló por los valores autóctonos del territorio. ¿Lo hará Trump si logra anexionar Canadá a Estados Unidos?