Oatio de luces de la Presó de Mataró

Oatio de luces de la Presó de Mataró EUSEBI ESCARPENTER

Historia

Ni Gaudí ni Puig i Cadafalch: esta es la obra modernista por descubrir en Mataró

Este edificio está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional de Cataluña

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Mataró es la capital del Maresme por algo. Más allá de ser la ciudad más importante de la zona, lo es por muchos motivos. Para empezar, fue el lugar del que partió el primer tren que circuló por España y, después, por su arquitectura modernista.

El municipio aloja el primer edificio de Gaudí, la Cooperativa Obrera, una obra que ahora se ha convertido en museo. Asimismo, el creador de la Casa Amatller de Barcelona, Puig i Cadafalch, también erigió allí una de sus obras menos conocidas, la casa Coll i Regàs. Pero, en cambio, hay edificio de aires modernistas, pionero en toda España, que pasa aún más desapercibido.

Un Bien de Interés Cultural

La construcción no es otra que la cárcel de la ciudad. Bueno, la antigua cárcel. Reconocida como Bien de Interés Cultural Local y Bien Cultural de Interés Nacional de Cataluña, la Presó, es uno de los edificios más emblemáticos de este municipio barcelonés. 

Situada en la Riera, frente al Círculo Católico, esta construcción del siglo XIX se distingue no solo por su diseño arquitectónico, sino también por su relevancia histórica y su reciente reconversión en un espacio cultural.

Una cárcel pionera en España

Construida en 1851 por el arquitecto modernista Elías Rogent, maestro de genios como Gaudí i Cadafalch, la Prisión de Mataró es una obra que apunta a ese movimiento arquitecto, aunque su diseño neorrománico es el que más destaca.

Claro que su por algo destaca es por la incorporación del sistema panóptico, ideado por Jeremy Bentham, que permite la supervisión de todas las celdas desde un único punto central. Este diseño fue una novedad en España y convirtió a la Prisión de Mataró en la primera en adoptar este sistema, marcando un hito en la arquitectura penitenciaria.

Cómo es

Por lo que respecta a su estructura, combina elementos históricos con innovaciones arquitectónicas de la época. Además, el edificio presenta una fachada que recuerda a una casa fortificada, con muros de piedra troncocónica en la base y ladrillo visto en las zonas superiores. 

Su planta semicircular, combinada con un cuerpo rectangular, refleja la división funcional entre las áreas administrativas y las destinadas a los presos. En la parte trasera, el semicírculo contiene un patio rodeado por una galería de arcos de medio punto, mientras que las celdas, de planta trapezoidal, cuentan con cubiertas a dos vertientes.

Una prisión reconvertida

Buena parte de toda esta estructura, algo revolucionaria, al no tener ni murallas ni foso, se puede ahora visitar. Después de dejar de funcionar como prisión en 1967, el edificio permaneció cerrado durante décadas, pero resurgió.

Tras una serie de reformas, en 2021, la antigua prisión reabrió sus puertas con una nueva misión: convertirse en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Mataró. Las obras incluyeron mejoras en la seguridad estructural, el saneamiento de los cierres y la adecuación de la planta baja para el acceso público.

Presos y arte

El MAC no solo ofrece exposiciones de arte contemporáneo, sino que también dedica un espacio a la documentación y contextualización de la prisión como patrimonio arquitectónico. Los visitantes pueden explorar archivos históricos relacionados con el edificio, incluyendo expedientes de obras, libros, fotografías y facturas que narran la historia de esta emblemática construcción.

Museo y prisión, modernismo incipiente y neorrománico, arquitectura, condena y arte. Todo ello se da la mano en este edificio inspirado en las construcciones medievales del Mediterráneo y adaptado a las ideas progresistas de la época.