El yacimiento arqueológico escondido en un pueblo de Valencia que tiene unos importantes restos de la Edad de Hierro
A los pies del Mediterráneo y a hora y media de Barcelona se esconde un municipio de una belleza y cultura espectacular
29 junio, 2024 12:00Noticias relacionadas
La costa Mediterránea española siempre ha sido un punto estratégico. La prueba clara es Tarragona. La antigua Tarraco fue la capital de Hispania en la época romana. Además de ser un punto de control del comercio en las aguas del Mare Nostrum, fue un epicentro cultural, como demuestran los restos arqueológicos del teatro y circo de la época.
Pero la historia de la humanidad no empieza en Roma ni en Grecia, sino mucho antes. Si por las cercanías de Tarragona ya se han hallado poblados iberos varios, pasadas las fronteras de Cataluña, hace unos años se descubrió un yacimiento prehistórico que pone en relieve que la zona ya era importante de antes.
Dónde está
En Benicarló, situada en la costa norte de Castellón, se descubrió a principios de la pasada década restos arqueológico de gran relevancia en la partida del Mas d'en Fabra. Este hallazgo, datado en el siglo VII a.C., es considerado un descubrimiento excepcional debido a su ubicación en una zona plana, algo inusual para los asentamientos de la época en la región comprendida entre Tarragona y Castellón.
Según los expertos, este yacimiento proporciona una valiosa perspectiva sobre la interacción entre los indígenas de la Península Ibérica y los fenicios que llegaron a la costa mediterránea para comerciar.
Los trabajos arqueológicos de urgencia realizados durante la construcción de la variante de la N-340 fueron los que dieron lugar a este descubrimiento. Desde entonces, no se han dejado de documentar y georeferenciar los restos encontrados.
Este yacimiento, a solo 2 kilómetros del litoral, muestra estructuras de murallas de piedra y agujeros en el subsuelo, que se cree eran utilizados para almacenar alimentos y materiales. Además, se han encontrado diversos objetos de cerámica, metal, conchas marinas y piedras de molino, que indican una activa relación comercial con los fenicios.
Nuevos hallazgos
Esta nueva visión del yacimiento arroja luz sobre un tipo de asentamiento diferente al conocido hasta ahora, ofreciendo una nueva comprensión de la vida durante la Edad de Hierro en esta región. Pero hay restos de mucho antes.
Los trabajos de excavación y exploración permitieron dar con restos más antiguos que datan de finales de la Edad de Bronce (3300-1200 a.C.). Fue en 2021 cuando el grupo de arqueólogos hallaron en Mas d’en Fabra lotes de cerámica, elementos metálicos y restos de fauna de aquella fecha. Asimismo, se identificaron varias estructuras, como silos, hornos y fosas, que podrían pertenecer a la época andalusí, revelando la riqueza histórica y cultural de la zona.
El yacimiento arqueológico de Mas d’en Fabra se ha convertido en una visita obligada para todo aquel que pasa por Benicarló, pero en realidad hay mucho más. El poblado Ibérico del Puig de la Nao, situado en una pequeña montaña, y el poblado ibérico de Tossa, ubicado en la montaña de Tossa, ofrecen un vistazo al pasado antiguo de la región con restos de antiguos asentamientos que son el complemento perfecto.
Pero no todo se acaba en las ruinas. Benicarló cuenta con varios monumentos de gran interés histórico y arquitectónico. La Capilla del Cristo del Mar, conocida también como la Ermita del Cristo del Mar, está situada cerca del puerto y es uno de los lugares más emblemáticos.
Qué ver en Benicarló
La Iglesia Parroquial de San Bartolomé, datada en el siglo XVIII, es una magnífica obra barroca con un campanario octogonal y una imponente cúpula sobre el crucero. Este templo es una visita obligada para los amantes del arte y la arquitectura.
Por su parte, el Convento de San Francisco, construido en el siglo XVI, conserva su estructura original y es un ejemplo de arquitectura austera y sencilla. La Ermita de San Gregorio, a unos dos kilómetros de la población, se destaca por su amplio pórtico formado por cinco arcos de piedra labrada y una imagen de San Gregorio en madera policromada.
Entre los edificios históricos, la Casa del Marqués de Benicarló, construida a finales del siglo XVIII y catalogada como bien de interés cultural, y la Casa Bosch, un edificio modernista valenciano del siglo XX, son visitas destacadas. También merecen una mención especial las murallas de Benicarló y la Torre de los Mártires, restos de una antigua torre de vigilancia.
Las playas
No todo se reduce a la cultura y a la historia. Las playas de Benicarló son otro de sus grandes atractivos, perfectas para disfrutar en verano. La playa del Morrongo, cerca del Puerto Pesquero y del Puerto Deportivo, es una pequeña playa de arena fina con aguas tranquilas y ambiente familiar.
La playa La Caracola, que conecta Benicarló con Peñíscola, es ideal para deportes acuáticos y destaca por la textura de su arena. La playa de la Mar Xica, de arena y grava, es menos transitada, pero cuenta con todos los servicios necesarios. La playa Fondalet, aunque pequeña, ofrece un espacio tranquilo con fuerte oleaje, perfecta para descansar lejos de las multitudes. Finalmente, la playa de Gurugú, con cantos rodados y fondo rocoso, es ideal para practicar snorkel o buceo, y dispone de servicios como duchas y áreas para autocaravanas.
Cómo llegar
Acercarse a Benicarló es un sencillo y cómodo, con varias opciones de transporte disponibles. Desde Tarragona, la manera más rápida es en coche, se tarda una hora y media tomando la AP-7 en dirección sur. Otra opción es el tren, con servicios regulares que conectan ambas ciudades. Los trenes de Media Distancia de Renfe ofrecen un viaje directo que dura alrededor de una hora y 40 minutos, permitiéndote disfrutar del paisaje mediterráneo sin preocupaciones.
Desde Barcelona, hay más distancia, pero se puede optar también por estas dos alternativas. Por la AP-7 se tarda unas dos horas y media, dependiendo del tráfico. Alternativamente, los trenes de Larga Distancia y Media Distancia conectan Barcelona con Benicarló en aproximadamente dos horas y 40 minutos.