En el encantador Barri Vell de Girona, entre fachadas de piedra, callejuelas estrechas y murallas que susurran historias del pasado, se alza un tesoro arquitectónico que ha sobrevivido los siglos en Cataluña. La histórica Casa Heras, un palacio barroco del siglo XVIII, que permanecía en pie pero deshabitado.
Este magnífico edificio ha sufrido una transformación espectacular. Al igual que el ave Fénix, renace en el siglo XXI convertido en un lujoso hotel que fusiona la tradición con la modernidad, el Palau Fugit.
Cómo se ha reformado el edificio
Gracias al esfuerzo del estudio de arquitectura Isern Associats, el edificio ha conservado cuidadosamente la estructura original del palacio, mientras se adapta a las demandas contemporáneas y acondiciona las estancias para ofrecer algo único.
Bajo la premisa de que “no hay dos huéspedes iguales”, los decoradores e interioristas han evitado ofrecer habitaciones idénticas. Cada una posee su propio carácter. Escritorios, mármol en los baños, tonos pastel e incluso chimeneas se encuentran en estos espacios.
Qué se puede ver en el hotel
Pero más allá de los dormitorios, el espacio es el principal atractivo de este hotel que cuenta con desde un bar y restaurante típicos hasta un spa y una biblioteca. Todo ello convive en armonía en dos alas complementarias. La primera alberga el palacio original, destacando un patio abovedado conocido como La Placeta.
Aquí, las zonas comunes como la recepción, el restaurante, el bar de cócteles y un spa oculto se mezclan con la riqueza histórica del lugar. En la llamada cova del aigua, la bóveda de piedra se convierte en el refugio perfecto para un baño relajante.
La segunda ala, denominada El Pavelló, introduce una perspectiva más moderna y racional, creando una simbiosis armoniosa con la estructura original. La conexión entre ambas alas se materializa en una terraza que actúa como el “corazón” del hotel. Un lugar abierto al cielo gerundense donde compartir momentos únicos con la pareja, familia o amigos.
Este espacio mágico, adornado con una pequeña alberca y la llamativa escultura cerámica en forma piramidal del artista local Frederic Amat, ofrece a los visitantes un oasis de serenidad y belleza en medio de la bulliciosa historia que envuelve el Barri Vell.
Así ha evolucionado el hotel
Los muebles, inspirados en el estilo art déco, y los pequeños objetos cuidadosamente seleccionados, enriquecen cada rincón, acentuando la belleza de las contraventanas y puertas de paso palaciegas. Una prueba más de que la arquitectura del pasado y el diseño contemporáneo pueden bailar en perfecta armonía en este hotel.
Pero el Palau Fugit se define como algo más que un hotel; es un tributo a la rica historia de Girona y una celebración de la habilidad artística y arquitectónica que ha permitido que este antiguo palacio se reinvente como un refugio de lujo en el siglo XXI. Un rincón de la ciudad que invita a los visitantes a sumergirse en una experiencia única donde tradición y modernidad convergen.
Cómo llegar al Palau Fugit
Para llegar al Palau Fugit, ubicado en el corazón del Barri Vell de Girona, hay varias opciones. Si llegas en coche, puedes estacionar en alguno de los aparcamientos públicos cercanos al casco antiguo y caminar unos minutos hasta el hotel. La estación de tren de Girona está a aproximadamente 15 minutos a pie, proporcionando un acceso fácil para aquellos que prefieren viajar en tren. Si optas por el transporte público, varias líneas de autobús tienen paradas cercanas. Además, el hotel ofrece un servicio de traslado para los huéspedes que lo soliciten con antelación, asegurando una llegada cómoda y sin preocupaciones.