A las afueras de Cataluña, pasada justa la frontera con Francia, encontramos un pequeño pueblo catalán al que solo se puede acceder desde territorio francés. Nos referimos a la farmacia Esteve de Llívia, que tiene una peculiaridad interesante: forma parte de Francia y no de Cataluña.
Uno de los primeros misterios de la farmacia de Llívia es determinar su “edad” real. Fue fundada a principios del siglo XV. Según la página de la Generalitat dedicada al Patrimonio Histórico, la farmacia Esteve ya existía en 1415, por lo que podría ser incluso anterior. Esto la convierte en la farmacia más antigua de Europa o, al menos, una de las más antiguas del continente.
La farmacia se llama Esteve porque uno de sus primeros propietarios fue Jaume Esteve. Su familia mantuvo la farmacia durante 23 generaciones. La farmacia cerró en 1942, cuando León Antonio Esteve decidió clausurarla y cedió la custodia de este emblemático edificio al ayuntamiento y, tiempo después, a la Diputación de Girona.
Actualmente, no puedes visitar la farmacia Esteve como tal, pero desde 1981, sus materiales forman parte del Museo Municipal de Llívia. Allí se conservan el mobiliario e incluso los mismos instrumentos de laboratorio y otros materiales del siglo XIX. Puedes “conocer” a los sabios boticarios y doctores del pasado que aparecen plasmados en los retratos pintados de las cajas de madera que, en su día, pertenecieron a la primera farmacia de Cataluña.
Finalmente, debemos hablar un poco de la peculiar característica de Llívia. Llívia es un municipio de Girona con la particularidad de estar completamente rodeado por territorio francés. Es básicamente un enclave español en Francia con una población aproximada de 1665 habitantes (datos de 2011, según Wikipedia). Allí se habla castellano, catalán y, en menor medida, francés.
Este es el pueblo catalán que está en Francia
Situado a pocos kilómetros de Puigcerdà, Llívia presenta un enigma histórico: ¿cómo es posible que un pueblo catalán esté en suelo francés? La respuesta se encuentra en el Tratado de los Pirineos de 1659, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años y rediseñó las fronteras entre España y Cataluña y Francia.
Este tratado supuso la cesión de 33 pueblos españoles a Francia. Sin embargo, Llívia quedó fuera de este acuerdo debido a su estatus especial como villa, un privilegio concedido por el emperador Carlos V y mantenido bajo control de la corona española.
Qué ver y qué hacer en Llívia
Más allá de su curiosa historia, Llívia ofrece una riqueza de lugares que merece la pena conocer y visitar. Entre sus monumentos destacados se encuentran la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVI, y, como decíamos, la Farmacia Esteve. Pero eso no es todo: podemos disfrutar también del Yacimiento arqueológico, el Museo Municipal o el castillo, que tiene planta cuadrada y con vistas de 360 grados al valle de la Cerdanya y los picos de los Pirineos.
Cómo llegar a Llívia
El pueblo, que está cerca de Puigcerdà, en la frontera con Francia. Si vienes desde Barcelona, te esperan un total de 160 kilómetros y algo más de dos horas si te mueves en transporte privado por la C-16. Desde Girona son también algo más de dos horas, mientras que desde Tarragona y Lleida son dos horas y media.