Una embarcación fondeada en una cala / FIATC (ST)

Una embarcación fondeada en una cala / FIATC (ST)

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El auge del turismo náutico dispara la contratación del seguro obligatorio de embarcaciones

El sector se ha reactivado tras la pandemia y cada vez son más los que se decantan por salir a navegar durante las vacaciones de verano

1 julio, 2022 00:15

Ahora toca barca, cielo y olas”, decía el malogrado Pau Donés cuando el buen tiempo le animaba a soltar amarre y lanzarse a navegar. Con la llegada del verano, el barco, el velero o la moto de agua ganan protagonismo, en el mar o en agua dulce y se convierten en increíbles oportunidades de disfrutar del sol, del viento, del tiempo libre… de las vacaciones, en definitiva. 

Después de dejar atrás las restricciones impulsadas a raíz de la pandemia, la actividad náutica se ha dinamizado como nunca y los próximos meses se presentan como una gran oportunidad de embarcarse en nuevas aventuras y recuperar uno de los placeres que el coronavirus había dejado en suspenso.

Con la llegada del verano, el mar reactiva el turismo náutico / FIATC (ST)

Con la llegada del verano, el mar reactiva el turismo náutico / FIATC (ST)

La pandemia se queda atrás

La vuelta a la normalidad abre una puerta a navegantes y propietarios de embarcaciones y es un gran estímulo para todos los sectores relacionados con el mar. Y en gran medida para todas aquellas empresas de servicios que operan en negocios relacionados, como clubs náuticos, amarraderos, estaciones de servicios, servicios técnicos o almacenes navales.

Aventuras particulares, a través de la contratación de patrones o travesías organizadas, a motor o a vela son opciones perfectamente válidas para recorrer los mejores destinos náuticos durante las vacaciones de verano. Siempre bajo el máximo respeto al mar, siempre con seguridad y siempre con la cobertura de seguros de embarcaciones.

El sector se reactiva

En catamarán o en yate, en moto de agua o en lancha, salir al mar con una embarcación propia o alquilada; solo, en pareja, con amigos o con la familia se ha convertido en una actividad en auge. Tanto que los expertos incluso aseguran que los años postpandemia son los mejores del negocio náutico, debido en parte a la reactivación del mercado de segunda mano.

El turismo marino crecerá todavía más este año, según las previsiones del sector. El aumento de las peticiones de reservas de alquiler de barcos que se han registrado en las últimas semanas así lo confirma. Las matriculaciones y las contrataciones se han disparado y ya se observa una gran actividad en lo más de 7.600 kilómetros de costa y en los más de 1.200 lagos y embalses navegables de la geografía española.

Protegerse de los imprevistos

Los imprevistos nunca avisan y menos en el mar, donde pasar del relax al peligro puede ser cosa de unos pocos minutos. Navegar es una pasión que exige hacerlo con cuidado y con respeto a un medio a veces incontrolable.

Por esa razón, el respaldo de una buena compañía de seguros como Fiatc debe ser innegociable. Tener previsto lo imprevisible es la mejor decisión que se puede tomar a la hora de lanzarse al mar. Y los expertos aconsejan contratar más coberturas que las que corresponden al seguro obligatorio, con cláusulas que cubran elementos meteorológicos como la DANA.

El seguro, obligatorio y necesario

Cualquier embarcación de recreo a motor o a vela de más de seis metros de eslora, ya sea de propiedad o alquiler (con patrón o sin patrón) debe estar asegurada, al igual que sus ocupantes, independientemente de su programa de navegación, el tipo de embarcación y de la zona en la que se desarrolle la actividad.

El precio de un seguro de embarcaciones depende de las garantías que se contraten y los límites de responsabilidad civil. También se tienen en cuenta las características de la embarcación: valor, antigüedad, de si se trata de un barco de motor o a vela y de la potencia del motor en el primer caso y de la eslora en el segundo, además de uso que se le vaya a dar al barco.

Asegurar la embarcación y los ocupantes

El seguro obligatorio para embarcaciones de recreo es como cualquier otro seguro, puesto que cubre la responsabilidad civil respecto a posibles daños, tanto materiales como personales, y los perjuicios causados a terceros mediante el uso de la nave.

Habitualmente, existen dos tipos de coberturas. Una es la que protege a la embarcación, que mayoritariamente incluye robo, pérdida, averías, remolcaje y remoción de restos.

La otra va dirigida al usuario y se ocupa sobre todo de accidentes de los ocupantes, efectos personales y asistencia náutica, que engloba gastos médicos, repatriación y alojamiento o traslado por avería de la embarcación.

Embarcaciones en un puerto deportivo / FIATC (ST)

Embarcaciones en un puerto deportivo / FIATC (ST)

Coberturas habituales

Los accidentes, leves o graves, ocurren. A veces, incluso son inevitables y hay que estar preparados para cualquier tipo de percance. Los más habituales son incendio o explosión, hundimiento o inundación, robo, accidentes a causa de la meteorología, averías mecánicas, una embarcación encallada o embarrancada, colisión con otra nave o contra un objeto y asistencia marítima por accidente o avería. Fiatc, como la mayoría de compañías de seguros ofrecen cubrir todas estas eventualidades en sus seguros náuticos.

Para evitar, en la medida de lo posible, cualquiera de estas incidencias es aconsejable un adecuado mantenimiento de la embarcación que ayude a reducir los efectos de la corrosión y el óxido.

Además, un correcto uso de la embarcación y reparar los daños en el casco debido al desgaste o por un mal mantenimiento limitan las averías y limpiar y pintar el barco al menos una vez al año evita las incrustaciones y ayuda a ahorrar combustible.

Ampliar garantías

Más allá de esta obligación, es aconsejable que el propietario del barco suscriba alguna garantía más, como la cobertura de daños propios de la embarcación. Esta se encarga de cubrir desde casos de robo o pérdida de la nave hasta los daños parciales que se puedan sufrir.

Algunas aseguradoras también contemplan cubrir la invalidez o fallecimiento de las personas que viajen en la embarcación por accidente a bordo o protección jurídica hasta llegar a un seguro a todo riesgo.