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Estambul: donde Oriente y Occidente forman un solo destino
Vueling estrena este otoño tres conexiones directas desde Barcelona a partir del 29 de octubre
25 septiembre, 2024 00:00Noticias relacionadas
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Las tendencias de viajes para este otoño se centran en destinos intercontinentales con un toque bohemio. Los viajeros están eligiendo lugares con una rica historia y un gran legado artístico y cultural. Un ejemplo es Estambul, la única ciudad del mundo que se extiende entre dos continentes, Europa y Asia, y que se ha convertido en uno de los destinos turísticos más fascinantes y visitados del planeta.
Vueling estrena este octubre conexiones a la icónica ciudad turca desde Barcelona. La compañía es ahora mismo la única aerolínea española que ofrece una ruta directa con Estambul, con tres vuelos semanales (martes, jueves y sábado) a partir del 29 de octubre hasta el 29 de marzo de 2025 y que, posteriormente, ampliará a siete frecuencias por semana.
Un puente entre dos continentes
Estambul es un destino que se extiende entre Europa y Asia que mezcla tradición y modernidad casi a partes iguales. Se extiende a ambos lados del Bósforo y desde hace cientos de años juega un papel de puente entre Oriente y Occidente.
Antigua Bizancio, gloriosa Constantinopla y, finalmente, Estambul, la ciudad ha sido la capital de tres imperios: el romano, el bizantino y el otomano. Y es esta rica herencia histórica la que la convierte en un escenario inigualable para explorar los vestigios de épocas pasadas.
Un crisol cultural
Estambul es un punto de encuentro donde conviven armoniosamente diversas culturas, religiones y tradiciones. En un solo día, es posible escuchar el llamado a la oración de las mezquitas, el repicar de las campanas de las iglesias y observar a los fieles judíos en las sinagogas del barrio de Balat.
Desde los zocos más tradicionales, hasta los modernos cafés y galerías de arte en los barrios de Beyoğlu y Karaköy, la ciudad ofrece un sinfín de historias que capturan la fusión entre lo antiguo y lo contemporáneo.
Los visitantes pueden explorar algunos de los monumentos más emblemáticos del mundo, como Santa Sophia, que ha pasado de ser una catedral a mezquita y ahora museo, y es el símbolo del sincretismo religioso y cultural de la ciudad. Aquí, cada rincón cuenta una historia y cada calle es un testimonio viviente de civilizaciones que han dejado su huella a lo largo de los siglos.
Otro punto imprescindible es la deslumbrante y majestuosa Mezquita Azul, famosa por sus seis minaretes y su impresionante interior cubierto de azulejos azules. Muy cerca, el Palacio de Topkapi ofrece una mirada al fastuoso estilo de vida de los sultanes otomanos, con sus patios, jardines y tesoros que narran las glorias de un imperio que una vez se extendió por tres continentes.
Los bazares, un símbolo
Ningún viaje a Estambul estaría completo sin una visita al Gran Bazar, uno de los mercados cubiertos más grandes y antiguos del mundo. Con más de 4.000 tiendas, los visitantes pueden perderse en un laberinto de joyerías, tiendas de especias, alfombras y artesanías. Aquí, regatear es parte de la experiencia, y cada compra viene acompañada de una taza de té turco.
El Bazar de las Especias, también conocido como el Bazar Egipcio, es otro lugar imprescindible. Aquí, los aromas exóticos de especias, frutas secas y delicias turcas crean un ambiente cromático. Es el lugar perfecto para probar algunos de los sabores más auténticos de Turquía y llevarse un trozo de Estambul a casa.
Una fusión de sabores
La cocina turca es un reflejo de la rica diversidad cultural de Estambul. Desde los kebabs y mezes hasta los pescados frescos del Bósforo, la gastronomía en Estambul es una auténtica experiencia sensorial. Los visitantes pueden disfrutar de un desayuno tradicional con simit (rosquillas de sésamo), queso feta y aceitunas en los cafés, o experimentar una cena de lujo en uno de los restaurantes con vistas panorámicas de la ciudad.
Los dulces también son una parte esencial de la experiencia culinaria en Estambul. Los baklavas, rellenos de nueces y bañados en miel, y el tradicional helado turco, dondurma, con su textura única, son imprescindibles para cualquier visitante con predilección por lo dulce.
Intensa vida nocturna
Estambul es de esas metrópolis que nunca duermen. Al caer la noche, los barrios de Beyoğlu, Karaköy y Kadıköy cobran vida con una extensa oferta de bares, clubs y restaurantes. Los visitantes pueden disfrutar de música en vivo, desde jazz hasta música tradicional turca, o bailar hasta el amanecer en uno de los muchos clubs nocturnos que ofrecen vistas espectaculares de la ciudad.
Además, Estambul también es un centro de arte contemporáneo y diseño. Museos como el Istanbul Modern y las numerosas galerías de arte en la zona de Galata muestran lo mejor del talento turco y ofrecen una ventana a la apasionante escena artística de la ciudad.
En definitiva, Estambul es más que un destino. Es toda una experiencia sensorial donde se entrecruzan la historia y la modernidad, lo tradicional y lo cosmopolita. Una ciudad que, como pocas, sabe unir lo mejor de dos mundos.
Cinco lugares imprescindibles para visitar
Santa Sofía: originalmente construida como una catedral en el siglo VI, Santa Sofía ha sido una iglesia, una mezquita y ahora un museo (aunque ha vuelto a ser una mezquita recientemente). Su imponente cúpula, mosaicos bizantinos y la mezcla de arquitectura cristiana y musulmana hacen de este lugar uno de los monumentos más icónicos de Estambul.
La Mezquita Azul: ubicada frente a Santa Sofía, la Mezquita Azul es famosa por sus seis minaretes y su impresionante interior cubierto de más de 20.000 azulejos azules de Iznik. Es un lugar de oración activo, por lo que se recomienda a los visitantes ser respetuosos durante las horas de rezo.
El Palacio de Topkapi: antiguamente la residencia de los sultanes otomanos, este palacio ofrece una mirada fascinante al estilo de vida de la realeza otomana. El complejo incluye habitaciones decoradas con exquisitos azulejos, una vasta colección de reliquias, y desde sus jardines se puede disfrutar de vistas impresionantes del Bósforo.
El Bósforo: un paseo en barco por el estrecho del Bósforo ofrece una perspectiva única de Estambul. Navegar entre dos continentes, Europa y Asia, es una experiencia inolvidable y una excelente manera de apreciar la diversidad y la historia de la ciudad. Desde el agua, los viajeros pueden contemplar los majestuosos palacios otomanos, las modernas mansiones y las pintorescas mezquitas que adornan ambas orillas.
Cisterna de Basílica: esta antigua cisterna subterránea, también conocida como ‘Palacio Subterráneo’, fue construida en el siglo VI para abastecer de agua al Palacio de Topkapi. Es famosa por sus columnas impresionantes, incluyendo dos con la cabeza de Medusa en la base. Es un lugar único y misterioso que ofrece una experiencia diferente a la de los otros monumentos históricos de la ciudad.