La aviación está firmemente comprometida con la adopción de medidas orientadas a mitigar el efecto de su actividad sobre el cambio climático. Actualmente, el sector representa en torno al 1,9 % de las emisiones globales que se emiten a la atmósfera cada año frente al 11,9 % de emisiones que emite, por ejemplo, el transporte terrestre. La industria ya ha reaccionado y se ha propuesto bajar esos niveles para alinearse con el Acuerdo de París.
El grupo IAG, al que Vueling pertenece, ha sido pionero en el sector de la aviación al asumir el reto de alcanzar las cero emisiones netas de cara al año 2050. Y en ese objetivo, el elemento clave son los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) que pueden contribuir a reducir en más de un 80 % las emisiones de carbono de un vuelo con en comparación con los fueles tradicionales.
Nuevas necesidades, nuevos métodos
Las medidas que tratan de acometer la descarbonización del transporte aéreo pasan por idear nuevos métodos de trabajo, sacar ventaja de las tecnologías innovadoras en las aeronaves, incrementar la producción y explotar los combustibles de aviación sostenibles.
En este convencimiento de la necesidad de reducir las emisiones de carbono, Vueling, aerolínea con un ADN profundamente digital, se sitúa a la vanguardia en la adopción de una serie de criterios encauzados a promover la descarbonización en la industria de la aviación. Y a través de la utilización de SAF, la aerolínea traza el camino hacia un futuro más limpio y respetuoso con el medio ambiente.
¿Qué es el SAF?
El SAF es un combustible alternativo a los fósiles que se ha posicionado como la solución más eficaz para reducir las emisiones del sector aéreo.
Existen dos tipos de SAF, el de origen orgánico y el sintético. El primero se produce a partir de una variedad de fuentes, desde residuos agrícolas y forestales o aceites usados y plásticos. Incluso de los huesos de aceitunas. No obstante, no se puede obtener a partir de plantaciones que compitan con la alimentación humana o generen deforestación, y tampoco es posible que su proceso de fabricación suponga un uso intensivo de agua potable.
El que se posiciona como mejor opción a futuro es el SAF sintético que se produce a partir de CO₂ capturado de la atmósfera y de hidrógeno verde, lo que le convierte en un combustible sostenible inagotable y que además permitirá una reducción de emisiones de hasta un 100 %.
Tres ejes clave de trabajo
El grupo IAG, del que Vueling forma parte, se ha comprometido a alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2050 mediante la estrategia FlightPath Net Zero. Un camino que incluye el ambicioso objetivo de operar el 10% de sus vuelos con combustible sostenible para el año 2030, casi el doble de lo requerido por la Comisión Europea para ese año.
Para lograr estas metas, la compañía está trabajando en tres grandes áreas: la eficiencia de sus aeronaves, la planificación y eficiencia de sus operaciones, y la utilización de combustibles sostenibles de aviación. En este último aspecto, la compañía ha estado liderando iniciativas para desarrollar y suministrar SAF en colaboración con socios estratégicos, como Repsol, CEPSA, la Fundación Greennova, la Red Española de Hidrógeno o el Valle del Hidrógeno en Cataluña.
Un ejemplo palpable del compromiso de Vueling con la sostenibilidad y la eficiencia se evidenció en un vuelo de demostración realizado en junio de 2022 entre Barcelona y Lyon. Gracias a la combinación de un enfoque óptimo la trayectoria de vuelo, el uso de SAF y la eficiencia proporcionada por la nueva generación del Airbus A320neo, las emisiones de CO2 se redujeron en un 72%.
Aumentar la producción de SAF
Sin embargo, a pesar de los avances realizados, el principal desafío continúa siendo la disponibilidad limitada de SAF a nivel mundial, puesto que actualmente no se están produciendo niveles suficientes de combustibles sostenibles para satisfacer la demanda. En concreto, la producción actual cubre cerca de un 0,1% de la demanda.
En este sentido, Vueling destaca que se necesita un esfuerzo global de todos los actores de la cadena de valor para construir una nueva cadena de suministro de combustible para una aviación sostenible y así llegar a alcanzar las metas establecidas.
“Nosotros solos no podemos lograr los objetivos. Necesitamos que exista un esfuerzo colectivo de todos los actores de la cadena de valor: aerolíneas, fabricantes, proveedores de combustible, inversores y legisladores, para construir una nueva cadena de suministro de combustible de aviación sostenible”, explica Franc Sanmartí, director de Sostenibilidad de la aerolínea.
Buenas expectativas en España
En este contexto, un estudio realizado por PwC para Iberia y Vueling destaca la gran oportunidad que podría suponer para España la puesta en marcha de una nueva industria de producción de SAF.
Actualmente, la producción nacional es insuficiente para satisfacer la demanda, pero con la implementación de 30 a 40 plantas de producción en todo el país, España podría cubrir toda su demanda nacional y exportar grandes volúmenes al mercado internacional.
Este impulso en la producción no solo contribuiría a la reducción de emisiones, sino que también generaría riqueza y nuevos empleos, con un impacto significativo en el PIB y el empleo. La producción de SAF, según el estudio, podría generar 56.000 millones de euros al PIB hasta 2050 y crear un total de 270.000 nuevos puestos de trabajo.