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Solivella, un pequeño pueblo de la Conca de Barberà, en Tarragona, forma parte de la ruta del Císter: rodeado de historia, monasterios y un paisaje salpicado de viñedos y olivos. Puedes aprovechar el día para visitar los campos de la familia Sans Travé, una saga vitivinícola con profundas raíces en la comarca. Es mejor hacerlo durante la vendimia, cuando la viña luce en todo su esplendor. Aun así, el entorno mantiene ese encanto rural que combina tradición, tierra y pasión por el vino.

Josep Maria Sans Travé conduce al visitante por la finca Gasset, situada a 628 metros de altitud en dirección a Forès. Desde su pick-up, recorren las 35 hectáreas de terreno arcilloso y rojizo donde crecen cepas de moscatel, garnacha, syrah, tempranillo, cabernet, chardonnay y garnacha blanca.

Tradición vinícola 

Desde lo alto de una colina se divisan las 21.000 cepas plantadas en 2010, un paisaje sereno y majestuoso que refleja la esencia de esta tierra. En Solivella, la producción anual ronda los diez millones de kilos de uva, la mayoría destinados al Penedès para la elaboración de cava, aunque la familia apuesta también por sus propios vinos, elaborados con mimo y una clara identidad familiar.

La visita continúa en la bodega, donde tradición e innovación conviven de manera ejemplar. Las antiguas botas de piedra se conservan como testimonio del pasado, mientras que los nuevos depósitos de aluminio de 10.000 litros, equipados con sistemas de refrigeración, reflejan la constante búsqueda de modernidad. 

Historia familiar

La historia de los Sans Travé es también una historia de esfuerzo y superación. Antonio, el patriarca, recuerda que de niño quiso abandonar el campo hasta que su padrino le regaló un tractor, un gesto que cambió su destino. Aquella anécdota se inmortaliza hoy en la etiqueta del vino Agraïment, que luce un poema del amigo y poeta Joan Margarit. En su restaurante familiar, los vinos se acompañan con productos locales: embutidos, coca de pan de vidrio recién horneada y una selección de platos que demuestran que la gastronomía y el vino forman un tándem inseparable en la casa.

El almuerzo concluye con una copa de Llum y un bacalao a la brasa memorable, emblema de Cal Travé. En este establecimiento, cada miembro de la familia desempeña un papel fundamental: Montse se encarga de los postres, Maria Rosa de la cocina, Joan Carles de la brasa, mientras los hijos ya se preparan para continuar el legado. Entre copas, risas y recuerdos, queda claro que este rincón de Solivella no solo conserva una tradición vinícola, sino una forma de vida donde el vino, la tierra y la familia se entrelazan con la misma pasión.

Cal Travé

La casa rural 'Cal Gasset' es la casa solariega de la familia, construida en el año 1868, que forma un conjunto con la bodega Sanstravé. El mobiliario es antiguo y se expone una muestra de las máquinas que se utilizaban en la fabricación del vino.

La casa tiene dos plantas: en una de ellas se encuentra la cocina, el comedor y la sala de estar con chimenea. En la otra hay tres habitaciones y un baño con ducha. Cada una de estas cámaras lleva el nombre de una de las variedades del vino que se elaboran en la bodega.

La suite es la llamada Chardonnay y tiene una cama de matrimonio, baño completo, vestidor (donde se puede poner otra cama) y terraza. Las otras dos comparten baño: una tiene dos camas individuales y la otra, cama de matrimonio y una cama individual. La capacidad máxima de la casa es para siete personas.

Se organizan visitas a nuestros viñedos y bodega, donde se acaban con las correspondientes catas de sus vinos.

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