El buffet libre de cocina internacional de Tarragona: cocina asiática con wok con un menú diario por menos de 17 euros

Los buffets libres nos gustan tanto porque reúnen decenas de sabores, texturas y culturas culinarias, ofreciendo al comensal el poder de decidir sin límites ni jerarquías. Cada persona elige qué, cuánto y cómo comer. No es solo una cuestión de cantidad, sino de experiencia; el placer está tanto en probar como en descubrir, en diseñar un menú propio a partir de una diversidad que no sería imposible en una comida tradicional.

Además, es ideal para grupos, familias y celebraciones, donde cada gusto encuentra su lugar sin conflictos. En tiempos de multiculturalidad, su éxito también radica en la convivencia de estilos. En cierto modo, simboliza la globalización gastronómica y el deseo contemporáneo de experimentar el mundo a través del paladar. A ello se suma el componente psicológico: pagar un precio fijo y comer 'todo lo que se quiera' activa en nosotros una sensación de recompensa y de control, un pequeño lujo accesible que mezcla placer, conveniencia y el gusto universal por la abundancia.

Ya es oficial: esta es la nueva conexión de autobuses en Cataluña que permite llegar de forma directa a Barcelona

El restaurante de Tarragona

En pleno corazón de Tarragona, encontrarás el Asador City Wok Tarragona, un restaurante de buffet libre que propone una experiencia gastronómica internacional.

Su propuesta combina tres grandes ejes: la cocina asiática con wok y sushi, una clásica mediterránea y la parrilla argentina. Al llegar, el comensal ya intuye que no se trata de un sencillo buffet de caras conocidas, sino de un formato ambicioso: se ofertan especialidades variadas, desde nigiris y makis preparados al momento, hasta cortes de carne asada a la brasa al estilo argentino, además de paellas, pescados y platos de cocina mediterránea.

El restaurante destaca que los platos se cocinan 'al momento': en plancha, wok o parrilla, lo que habla de un plus sobre la mera acumulación de opciones.

Luis Tosar y Rigoberta Bandini, presentadores de los Goya de Barcelona: "Habrá mucho catalán, euskera, gallego y castellano"

Horarios y precios

El horario, que invita tanto al almuerzo como a la cena, facilita la visita diaria: todos los días abre en dos franjas, de 13:00 a 16:00 y de 20:30 a 23:30. En cuanto al precio, los menús del día y los fines de semana varían, pero el modelo buffet libre, parte de tarifas que se ajustan de lunes a jueves frente al viernes, sábado y festivos.

Por ejemplo, el buffet, los mediodías de lunes a viernes, tiene un coste de 16,95 euros. Los niños podrán comer gratis hasta 100 cm de altura. Además, también, puedes elegir buffet con barra libre, los mediodías de lunes a viernes, por 26 euros. Para más información, consulta su página web.

Opiniones sobre el restaurante

En plataformas como Restaurant Guru se cita una valoración global de 3,5 sobre 5 para el establecimiento, con menciones positivas hacia la zona de carnes a la brasa y el trato del personal.

• Todo muy bueno y con mucha variedad, para repetir seguro.
• Recomiendo, tienen buena carne a la brasa.

Aunque algunas opiniones, no son tan buenas, y describen la comida como decepcionante y rancia. Y sobre todo, que ya no es lo que era. Solo podremos saberlo si vamos a visitarlo.

Wok asiático

El wok asiático nos gusta tanto porque reúne tres elementos irresistibles: sabor, rapidez y espectáculo. Nació como un utensilio humilde en el sudeste asiático, donde la necesidad de cocinar rápido y aprovechar cada ingrediente se convirtió en arte. En ese gran recipiente de acero o hierro, el calor intenso y el movimiento constante permiten saltear carnes, verduras y fideos en cuestión de minutos, conservando texturas crujientes y aromas vibrantes. Es una cocina que celebra lo fresco y lo inmediato, algo que encaja perfectamente con el ritmo de vida actual, en el que buscamos comer bien sin invertir demasiado tiempo ni dinero.

Pero el encanto del wok no es solo técnico, sino también sensorial. Su sonido chispeante y el aroma del aceite de sésamo o la salsa de soja al contacto con el fuego activan algo muy primitivo en nuestro apetito.