El tomate es uno de esos ingredientes que se ha convertido en imprescindible en nuestra cocina, tanto que parece imposible preparar un plato sin pensar en él. Se lo echamos a casi todo: pasta, arroz, guisos, ensaladas, salsas o, incluso, sobre a simple tostada con un poco de aceite. Su versatilidad es enorme: puede ser la base de un sofrito que da profundidad a un estofado, a la frescura de una ensalada veraniega o al toque que redondea un plato de pasta.
Es capaz de aportar dulzor, acidez, color y jugosidad, equilibrando sabores y dando vida a recetas muy diferentes. Además, es un ingrediente que se disfruta en todas sus formas: crudo, cocinado, asado, en puré, rallado o incluso en conserva. Forma parte de nuestra identidad gastronómica, de esas costumbres transmitidas de generación en generación, como frotar un tomate en pan y convertirlo en una comida sencilla, pero perfecta.
El mejor tomate de supermercado
Muchos sofritos de tomate de supermercado tiene mucho aceite, mucho azúcar y es mejor comprar otros. Es por eso que el arroz a la cubana no sabe igual desde entonces.
El dietista y reconocido creador de contenido, Fran Susín, ha publicado recientemente un vídeo en su cuenta de TikTok enumerando sus salsas de tomate preferidas a comprar en Mercadona. El tomate frito original queda fuera de su convocatoria, pero sí entra su sucedáneo o su versión mejorada, según se mire.
Comienza a decir: "Si eres de los míos y te flipan los arroces con tomate, las pastas bien cargaditas de salsa… entonces esto te interesa: ¿qué tomate de Mercadona elegir para cocinar?"
A lo que el mismo responde: "Si tuviera que quedarme con uno, sin duda, elijo el tomate tamizado. Muchísimo mejor que la mayoría. Otro de los que más me gusta es el tomate frito 'sin añadidos'. Y luego, el tomate doble concentrado y el tomate troceado, si quieres algo de textura".
Afirma que: "Muchos de los otros vienen con azúcar o ingredientes innecesarios que no aportan nada bueno. Yo los evitaría". Como siempre, 'para gustos, colores'.
Propiedades del tomate
El tomate es un alimento de muy baja densidad calórica y alta densidad nutricional. Está compuesto en un 95 % por agua, lo que lo convierte en un ingrediente muy hidratante y ligero, con apenas unas 18 calorías por cada 100 gramos. Por ello, es un básico en dietas equilibradas, ya que aporta volumen y frescura sin añadir apenas calorías.
En cuanto a vitaminas y minerales, destaca por su riqueza en vitamina C, que contribuye al sistema inmunitario y a la producción de colágeno. Un tomate mediano aporta hasta un 28 % de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina. También, es fuente relevante de potasio, un mineral esencial para regular la presión arterial y mantener la salud cardíaca, en cantidades comparables a las de un plátano. Además, aporta vitamina K1, importante para la coagulación sanguínea y los huesos, y folato (vitamina B9), indispensable en procesos de crecimiento celular y, especialmente, relevante en el embarazo.
También, es rico en compuestos bioactivos de gran interés. El más estudiado es el licopeno, un antioxidante responsable de su característico color rojo y relacionado con una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, especialmente, el de próstata. Otros carotenoides como el beta-caroteno, la luteína y la zeaxantina, también, están presentes y pueden proteger frente a daños oxidativos y enfermedades degenerativas. Además, contiene flavonoides como la naringenina, con potencial antiinflamatorio, y saponósidos como el esculeósido A, estudiado por sus posibles efectos positivos sobre el colesterol y la salud ósea.
Tomates en una cucharada
