Maldita barra, restaurante en el corazón de Eixample

Maldita barra, restaurante en el corazón de Eixample Maldita barra Barcelona

Gastronomía

El restaurante en el corazón de Eixample donde la comida y el arte conviven: "Tiene alma"

Maldita Barra acaba de cumplir un año desde que abrió las puertas, con el objetivo de combinar arte, gastronomía y cultura

Contenido relacionado: Apertura confirmada: este es el restaurante que los hermanos Torres tendrán en Barcelona y será un reclamo para Cataluña

Publicada

Noticias relacionadas

En una ciudad como Barcelona, donde la oferta gastronómica es amplia y la competencia elevada, encontrar una voz propia puede marcar la diferencia. En este contexto, Maldita Barra ha logrado posicionarse como un proyecto singular que acaba de cumplir su primer año de vida, apostando por una experiencia que combina gastronomía, arte y comunidad.

Detrás de la iniciativa está Ana de Espona, una joven barcelonesa de 24 años. Desde el inicio, su intención fue clara: crear un espacio híbrido, al mismo tiempo “restaurante, cafetería y wine bar”, pero también plataforma cultural. El resultado es un lugar que no encaja del todo en una categoría fija y que, por esta misma razón, consigue resaltar.

Fusiones

El menú, desarrollado en colaboración con los chefs Jordi Limón y Martín Bado (del restaurante MAM el Bó), refleja esa misma mezcla de influencias. Hay platos inspirados en la cocina vegetal de Ottolenghi y guiños a sabores de Oriente Medio, además de tapas clásicas y propuestas propias.

Más allá de la cocina, Maldita Barra plantea una ruptura con el formato tradicional de restaurante. Su decisión de eliminar físicamente la barra se entiende como un gesto simbólico: quitar lo que sobra, lo que limita, para dar paso a un espacio abierto y flexible. Cada detalle, desde los espacios hasta las obras en las paredes, tiene una intención. “Aquí no todo es perfecto, pero todo tiene alma”, explica Ana.

Ana de Espona, fundadora de Maldita Barra

Ana de Espona, fundadora de Maldita Barra Maldita Barra Barcelona

Local

Esta misma filosofía se aplica a la carta: el brunch, por ejemplo, se puede servir a cualquier hora. No hay horarios rígidos ni reglas cerradas. Lo importante es que quien llegue encuentre algo que le haga sentido.
El local se organiza en dos espacios diferenciados.

Uno funciona como restaurante y cafetería; mientras que el otro actúa como una especie de escenario en blanco, adaptable a distintos formatos: cenas íntimas, conciertos acústicos, encuentros culturales o exposiciones. La idea de fondo es clara: ampliar la experiencia de comer para incluir otras formas de conexión y creatividad.

Galería

Con el primer año ya superado, el local se encuentra en un momento de consolidación y ajustes finos. La atención está centrada en reforzar lo que ya funciona y mejorar los detalles del día a día.

Al tiempo, el equipo se prepara para dar forma a una nueva etapa: la transformación del espacio trasero del local en Maldita Gallery, una extensión del proyecto pensada como zona más íntima y flexible.

Este nuevo ambiente estará destinado a encuentros creativos, muestras artísticas y actividades culturales, con la intención de seguir ampliando los límites de lo que un restaurante puede ser.