Las elaboraciones de las abuelas nos gusta tanto porque están llenas de tradición, cariño y recuerdos. Cada plato, que preparan, parece llevar consigo una historia familiar y un legado de generaciones que han ido perfeccionando a lo largo de los años. No solo se trata de la calidad de los ingredientes o de la técnica culinaria, sino del amor con el que cocinan.
La cocina de las abuelas tiene ese toque especial que se transmite a través de los sabores caseros, reconfortantes y simples, que nos transportan a la infancia y a momentos felices en familia. Además, en sus manos, los ingredientes más humildes se convierten en algo mágico y la forma en que nos alimentan refleja su deseo de cuidar y proteger a los suyos, lo que hace que siempre tengan un sabor incomparable.
Receta de croqueta de civet de pollo a la catalana
Te presentamos la sencilla receta de una croqueta diferente, pero que no te dejará indiferente: de civet de pollo a la catalana. ¡Como la de nuestras abuelas! Estos son los ingredientes:
- 150 g de pechuga.
- 1 cebolla.
- 1 zanahoria.
- 1 puerro.
- 750 ml de vino tinto.
- Sal.
- 60 gr. de mantequilla.
- 4 orejones.
- 25 g. de piñones.
- 25 g. de azúcar.
- 600 g. de harina.
- 375 ml de leche.
- 50 g. de pan rallado.
- 1 huevo.
Croquetas friéndose
Para su elaboración:
- Pelar y cortar la cebolla, la zanahoria y los puerros en trozos. Dorar en una sartén untada con mantequilla. Una vez cocidos, incorporar la pechuga entera y cubrir con vino tinto. Dejar reposar toda la noche en la nevera. Al día siguiente, cocer a fuego lento 45 min.
- Retirar la pechuga y colar la salsa. Trocear la pechuga y reducir la salsa. Deshacer la mantequilla, incorporar la harina y añadir el pollo troceado. Añadir la leche caliente y la salsa reducida. Una vez la masa esté lista, dejar reposar en la nevera. Al día siguiente, elaborar las croquetas y pasar por huevo batido y pan rallado.
- Freír las croquetas con aceite de oliva a unos 170 °C. Una vez fritas, pasar por papel absorbente y servir calientes. Nota: vigilar que la salsa de vino no quede demasiado ácida.
¿Qué es el civet?
Un civet es un tipo de estofado que se hace, habitualmente, con carne de caza, cebolla y sangre, a veces ligada con vino. Es un plato tradicional de Francia (concretamente de Occitania) y de Cataluña. Su origen está en la gastronomía medieval, ya que se puede encontrar una receta en el libro de Felip Cirera, La cuynera catalana (1835).
Generalmente, el civet se suele hacer con carne de caza como jabalí, faisán, liebre o rebeco, aunque se puede elaborar con langosta de mar, como se hace por ejemplo en Languedoc-Rosellón. En los valles pirenaicos, como en el Valle de Arán o Andorra, es típico el civet de jabalí, y antaño se elaboraba también con urogallo.
Civet de liebre
Estos son los tipos de civet que hay:
- El civet de jabalí: del Valle de Arán y Rosellón.
- El civet de langosta: de Colliure, Vallespir y Conflent, donde se conoce también como llagostada y se hace con la langosta cocida viva en aceite de oliva y vino de Banyuls. Es un plato típico en la Costa Roja por el día de la Virgen María de Agosto.
- El civet de langostinos: es una versión más económica del de langosta.
-
El civet de conejo: con seta calabaza o edule (en catalán, ceps) es un ejemplo de la cocina burguesa del Rossellón. La liebre o el conejo de bosque en civet, también, se hace en la cocina catalana.
- El civet de ciervo: elaborado en el Pirineo catalán y en el Ampurdán.