La afición del chef catalán que no tiene nada que ver con la cocina: participa en esta reconocida competición
- El cocinero afirma que preparar un menú de éxito y preparar el Dakar es algo muy parecido
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Los cocineros, además de su pasión por la gastronomía, disfrutan de una amplia variedad de hobbies que les permiten desconectar y enriquecer su vida. Muchos tienen un amor por las actividades al aire libre, como el senderismo o el ciclismo, que les ofrecen una manera de relajarse y conectar con la naturaleza de manera diferente. Otros se sumergen en el mundo de la lectura, ya sea novelas de misterio, ciencia ficción o filosofía, lo que les permite escapar de la vida rutinaria.
También, hay chefs apasionados por la fotografía, capturando paisajes, momentos cotidianos o escenas urbanas como una forma de expresión artística. Hay muchos que no han nacido solo para ser buenos en una cosa, ¿o no?
Aficionado a la cocina y al motor
Nandu Jubany tiene dos grandes pasiones: una la que conocemos todos, la cocina, y la otra está relacionada con el motor. ¿Cuál dirías que es su otro gran hobby? Aunque no lo parezca, es uno de los amateurs más demandados de la 47ª edición del Rally Dakar -la sexta en Arabia Saudí-.
En una entrevista a El País afirmó: "Siempre fui muy aficionado al motor y no me perdía ni un día del Dakar por la tele. Evidentemente, siempre quise ser uno de aquellos pilotos que navegaban por las dunas".
Acabó comprándose un coche a instancias de Pep Vila, uno de los amigos que le ayudó en esta aventura; además de personalidades tan reconocidas como Nani Roma, Gerard Farrés y un copiloto de lujo como Marc Solà. Siete años después de su primera participación, Jubany ha podido volver al desierto.
Un chef en la carretera
"En la cocina, como en el Dakar, debes prepararte a nivel físico, estudiar la localización y el plan de acción. Preparar un menú de éxito es muy parecido a preparar el Dakar", afirma Jubany.
Sus compañeros de caravana, sabiéndolo, siempre le piden algo de cecina o jamón de vaca y viajó a Arabia Saudí cargado de turrones. Pero esto no es todo. Lo mejor es que en el día de descanso en Hail, Jubany les preparará una paella.
"Nos hemos llevado una furgoneta cargada de género y por aquí pasan amigos como Nani y unos cuantos más. Es verdad que no puedo abrir la puerta a todo el mundo, porque si no, nos quedaríamos sin alimentos Marc y yo, que comemos bastante".
Un profesión frustrada
Apasionado desde bien pequeño a las motos, un accidente frustró en primera instancia su idea de convertirse en piloto. Rápidamente, aquel chaval supo reconducir su vida entre fogones. Con 18 años ya era jefe de cocina en el Urbisol, el restaurante de su familia, y después despegó tras formarse en los hornillos de Juan Mari Arzak y Martín Berasategui. Con 23 años, en 1995, abrió Can Jubany, y en el 1998 ya tenía la estrella Michelin gracias a su labor incansable junto a Anna Orte, su pareja.
A pesar de su condición de amateur y de debutante en las cuatro ruedas, Jubany es ambicioso y apunta a intentar quedar entre los 25 primeros.
El chef, actualmente, marcha 35º con su MD Optimus de tracción a dos ruedas (4x2) y es uno de los españoles mejores clasificados en coches tras el duro inicio del rally. ¡Quién se lo iba a decir años más tarde!