La Navidad está a la vuelta de la esquina y, con ella, llega una de nuestras tradiciones más deliciosas: los turrones. Ese dulce tan esperado que inunda los hogares con su aroma inconfundible y nos transporta a recuerdos llenos de risas, abrazos y magia navideña. Ya sea el clásico turrón de Jijona con su textura suave y cremosa, el crujiente turrón de Alicante o las versiones más modernas con chocolate, frutos secos o sabores innovadores; cada bocado es una fiesta para el paladar.
La Navidad y el turrón son inseparables, como una melodía que suena cada año y que nos recuerda que lo más dulce no está solo en el plato, sino en el calor de estar juntos. Como decía el anuncio, ¡vuelve a casa por Navidad!
El origen del turrón
Entre el 1221 y 1223, el monje Pere Ferrer, originario de Tàrrega, mencionó los terrones (una versión primitiva del turrón) en el Costumbrario del Monasterio de Sant Cugat, describiéndolos como un alimento tradicional de Navidad y Semana Santa.
La primera referencia al turrón elaborado con miel aparece en El libro de Sent Soví, un recetario catalán de 1324, aunque sin explicar su preparación. Poco después, el Libro describe la receta del turrón de avellanas, cuya fórmula sería la base del turrón característico de Agramunt. Este dulce medieval combinaba avellanas enteras o almendras con miel, clara de huevo y obleas, técnicas que han llegado intactas hasta nuestros días.
Turrones de Agramunt
A lo largo de los siglos, Agramunt se ha mantenido como uno de los epicentros de la producción turronera en España, junto a Jijona, Biar y otros municipios destacados. En el 1984, el turrón de Agramunt obtuvo la Indicación Geográfica Protegida (IGP), que certifica su calidad y autenticidad, exigiendo el uso de recetas tradicionales y materias primas locales.
Hoy en día, Agramunt celebra cada octubre su Feria del Turrón y el Chocolate a la Piedra, atrayendo a miles de visitantes para disfrutar de este dulce en todas sus variedades: duro, blando, de chocolate o incluso de innovaciones modernas. Pero el clásico, con su textura suave y su equilibrio perfecto de miel, frutos secos y oblea, sigue siendo el rey.
Fiestas de Agramunt
Además de este evento gastronómico está el DVins. Muestra de vinos y cavas de proximidad, donde se organizan degustaciones para dar a conocer los productos vitivinícolas de la DO Costers del Segre. Se celebra el último sábado de mayo y cuenta con una veintena de expositores de bodegas y elaboradores de vino.
También, se organizan mercados: el Mercado del Trasto (el segundo sábado de mayo en la plaza del Pozo) y el Mercado de Navidad con productos de artesanía (cada 8 de diciembre en la plaza de la Iglesia).
A finales de febrero tiene lugar la Feria del Vehículo de Ocasión de Agramunt, Agr’auto. En este evento, se pueden adquirir coches usados y seminuevos a un precio más asequible.
La Fiesta Mayor de Agramunt se celebra a finales de agosto y principios de septiembre. Durante este período, se llevan a cabo numerosas actividades populares, como bailes (Xurripampi y el Baile de Cascavells), fiestas de agua, actividades deportivas, cantadas, conciertos, correfocs y comidas populares.
Se saca a la calle toda la imaginería festiva de la villa: el Áliga de Agramunt, Lo Senyor Pau de les Cantimplanyes, los capgrossos y los gigantes: la Gegantona Pom d’Or, los Gegants Reis, los Gegants Llegendaris de Tremessèn y Delfina, y el Drac Agremont.