La gastronomía catalana se caracteriza por el respeto a los ingredientes de proximidad y de temporada, con una fuerte influencia mediterránea que se refleja en el uso del aceite de oliva, las verduras frescas, el pescado y el marisco. Uno de los elementos clave de esta cocina es la diversidad de su territorio, que abarca desde el mar hasta la montaña, lo que permite una fusión única de sabores. Los platos combinan lo sencillo y lo elaborado, con recetas tradicionales que han perdurado a lo largo del tiempo, como la escudella o los calçots, dos ejemplos de la simplicidad y la riqueza que caracterizan su cocina.
El plato típico catalán
Si hablamos de gastronomía catalana, no podemos obviar ni olvidar a la butifarra. Indiscutiblemente buena e indiscutiblemente necesaria en cualquier casa que se precie.
Como bien sabéis, es un embutido fresco compuesto de carne picada de cerdo condimentada con sal, pimienta y otras especias. Además de Cataluña, se puede encontrar en otras regiones de España como Aragón, islas Baleares, la Comunidad Valenciana y Murcia. También, se come en otros países como: El Salvador, México, Guatemala, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay y algunas zonas de Argentina.
En lengua catalana, el término butifarra puede hacer referencia a un 'corte de mangas'. En este sentido, se autodenominó Equipo Butifarra a un colectivo historietístico fundado en Barcelona en el 1975 en torno a la revista homónima, que era satírica y socialista.
Es curioso porque la butifarra tiene unos 700 años. Se considera uno de los embutidos más antiguos de Cataluña y está documentada desde al menos el siglo XIV. Tiene su origen en las prácticas tradicionales de aprovechar toda la carne del cerdo durante la matanza y conservarla, una técnica común en muchas culturas europeas. Es verdad que en Cataluña la butifarra se ha mantenido como un alimento básico, que se ha diversificado en muchas variantes: fresca, cocida o negra.
Propiedades nutricionales de la butifarra
La butifarra es un embutido que contiene 10 gramos de proteínas, 5,50 gramos de carbohidratos, 19,60 gramos de grasa y 5,50 gramos de azúcar por cada 100 gramos; aportando 238 calorías a la dieta. Entre sus nutrientes también se encuentran las vitaminas K, B3, B7 y B9.
Las proporciones de los nutrientes de la butifarra pueden variar según el tipo y la cantidad de carne, además de otros factores que puedan intervenir en la modificación de sus nutrientes. Recuerda que según la preparación de la butifarra, pueden variar sus propiedades y sus características nutricionales.
Receta de butifarra blanca para hacer en casa
Hay diversos tipos de butifarra blanca, pero te ofrecemos una receta sencilla que podrás hacer en casa.
Primero, reúne los siguientes ingredientes:
- 500 gramos de magro de cerdo.
- 250 gramos de papada de cerdo.
- 250 gramos de panceta.
- 3 huevos.
- 3 ajos.
- 1 cucharada de sal.
- 10 gramos de pimienta negra.
- 10 gramos de pimienta blanca.
- 1 cucharada de perejil seco.
- Tripa de unos 3 cm de grosor.
- Cuerda.
Para la elaboración, deberás hacer lo siguiente:
Media hora antes de empezar, mete en el congelador las carnes. Cuando estén bien frías, pásalas por la picadora dos veces, para que quede muy finamente cortada. Luego, cortar y majar los ajos hasta obtener una pasta. Colocar la carne en un cuenco grande, añadir los huevos, la pimienta, la pasta de ajo y la sal y amasar durante 5 minutos. Añadir el perejil y seguir amasando otros 5 minutos. El resultado debe ser homogéneo. Embutir la masa en la tripa de cerdo bien limpia y húmeda, con la embutidora. Si no se tiene embutidora, se hará a mano con ayuda de un embudo. Rellenar 20 o 30 centímetros y atar los extremos con la cuerda, con bastante contenido para que la butifarra quede bien apretada. Después, sacar el aire con una aguja muy fina.
En una cacerola poner abundante agua al fuego y cuando rompa el hervor meter las butifarras y cocer a fuego lento durante dos horas. Finalmente, dejar enfriar a temperatura ambiente antes de meter a la nevera.