Este es el bar del Eixample de Barcelona que arrasa con sus bocadillos clásicos, según Hule y Mantel

Nos encantan los bocadillos porque son una opción deliciosa, versátil y práctica que nunca decepciona. Ya sea un simple bocadillo de jamón y queso o una creación más elaborada con ingredientes gourmet, cada bocado ofrece una combinación perfecta de sabores y texturas.

Los bocadillos se adaptan a cualquier momento del día, desde un desayuno rápido hasta una cena ligera, y son ideales para llevar cuando estamos en movimiento o, simplemente, queremos disfrutar de una comida informal.

Los bocadillos del Eixample

Tanto si eres de Barcelona, como si no, has de ir a este emblemático sitio en el que probarás unos deliciosos bocadillos. Nos lo explica detalladamente nuestro medio gastronómico de referencia, Hule y Mantel.

Lomo Bajo, es la planta inferior donde hacen los bocadillos, es la versión altamente informal de Lomo Alto, que hace unos años revolucionó el panorama de la carne madurada en la Ciudad Condal. 

Uno de sus imprescindibles es el tartar roll: un roll de brioche relleno con carne de buey de 100 días de maduración. Está compuesto de cebolla, pepinillo, alcaparras y cremoso de yema, con una formulación clásica y una salsa secreta -de la que nadie sabe nada-.

Como dato, cabe destacar que apuestan por este tipo de maduraciones tan prolongadas porque, en este sentido, es un cierto movimiento pendular de regreso hacia tiempos menores.

Nuevo concepto de bocadillo

En LomoBajo, como ellos mismos definen, han reinventado el bocadillo para que disfrutes de la mejor carne de buey, vaca y ternera. En su carta encontrarás rolls, hamburguesas y pepitos combinados con panes bretzel, negro e inglés. Una unión atrevida y distinguida para paladares urbanos exigentes. ¡Carne suprema entre panes!

Además de bocadillos podrás degustar las mejores carnes: tienen cuatro brasas para distintos tipos de cocción, a diferentes alturas y temperaturas. Templan la carne y la dejan a cierta distancia de la brasa para que gane calor sin cocerse. Cuando el interior de la misma ha llegado a su punto, la sellan. Se realiza entre 36 y 40 grados y bajo la supervisión de un termómetro cárnico.

Tienes donde elegir bocadillo o carne, ¿qué prefieres?