Nos encanta descubrir dónde comen los famosos porque sentimos una conexión especial con ellos, casi como si estuviéramos compartiendo una parte de su vida cotidiana. Saber en qué restaurantes prefieren cenar nos permite vislumbrar un poco más de su glamoroso y exclusivo mundo.

Además, hay una curiosidad natural por conocer sus gustos, desde los platos que eligen hasta los lugares que frecuentan, lo que nos lleva a imaginar qué hace que esos sitios sean tan especiales.

El restaurante nórdico

Uno de estos restaurantes es el Huset, situado en Svalbard -un archipiélago al norte de Noruega-, que parece ser que ha encantado al actor Tom Cruise.

Este fue diseñado por Jacob Hansen, que también fue el arquitecto del cine Colloseum de Oslo. La empresa minera Store Norske comenzó a construirlo en el 1948 y Huset abrió sus puertas en octubre del 1951. La casa estaba situada en el centro del valle y, por ello, se la consideraba el corazón de la ciudad.

Un restaurante y bistró con sabores nórdicos e ingredientes locales como protagonistas, además de tener una de las bodegas de vino más grandes de Escandinavia, con más de 6000 botellas

El restaurante de Huset se utilizó, anteriormente, como sala de bridge y no fue hasta el 1977 cuando se convirtió en restaurante. El menú, al más puro estilo de los años 70, ofrecía platos como tostadas melba, cóctel de gambas, filete a la pimienta flameado y helado Flensburg.

En el restaurante solo se servía un vino y, para tomar una copa, era obligatorio acompañarla con una comida. Cada persona solo podía consumir una botella por persona.

Gastronomía en Huset

La comida se caracteriza por técnicas nórdicas y combinaciones de sabores, con ingredientes procedentes, principalmente de Svalbard y de la región ártica.

En colaboración con tramperos y cazadores de Farmhamna, Bellsund y Akseløya, reciben productos locales de Svalbard, como focas barbudas, renos y perdices nivales.

El chef del restaurante es Alberto Lozano, albaceteño de nacimiento, el cual comentó -en una entrevista- que lo más complicado son las condiciones extremas en las que se encuentran. Esto hace que, estas carencias, se suplan con una gran creatividad para que pueda desempeñarse una cocina de kilómetro cero.

¿Cómo lo hacen? Guardan los productos que puedan producir en verano y los fermentan para cubrir el invierno con otros bienes locales.

El chef trabaja con cazadores y pescadores locales y recolectan setas y plantas para abastecerse. Realmente, está prohibido hacerlo, pero ellos tienen licencia. 



La falta de variedad de productos ha llevado a desarrollar todo de una manera más astuta. Cocinan, por ejemplo, foca, que es la proteína del ártico: la curan, la encurten, la ahuman y la presentan como un filetito sobre un gofre de algas con grosellas encurtidas y flores.

Otro de los productos más representativos de su cocina es el bacalao y, por supuesto, el aceite de oliva

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