El restaurante de pueblo, escondido en Girona, donde mejor se come según National Geographic (y la Guía Michelín)
Un establecimiento culinario excelente para tus sentidos y tu paladar. ¡Descubre cuál es!
3 agosto, 2024 12:00Noticias relacionadas
Nos encanta ir a los restaurantes a comer porque es una experiencia que va más allá de simplemente satisfacer el hambre. Es una oportunidad para deleitarnos con platos que no solemos preparar en casa, explorar nuevos sabores y disfrutar de un ambiente acogedor y diferente. Además, nos permite compartir momentos especiales con amigos y familiares, celebrar ocasiones importantes o, simplemente, desconectar de la rutina diaria.
El buen restaurante del Empordà
El Bo.TiC se encuentra en Corçà, en el Baix Empordà, en una antigua carpintería de carruajes con 110 años de antigüedad, que en el 2017 se restauró para este local.
Lo regentan la pareja formada por Albert Sastregener, chef del restaurante, y Cristina Torrent, directora y jefa de sala. Tienen un equipo humano, altamente calificado, tanto en la cocina como la sala; y constan de varios responsables en las diferentes áreas específicas que lo conforman con un total de una veintena de trabajadores cualificados.
¿De dónde proviene el nombre? Bo (bueno en catalán), Ti (de Tito, un apodo familiar del chef) y C (de Cristina Torrent) componen el nombre del restaurante. Además, ostenta dos estrellas Michelin y dos soles de la Guía Repsol.
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Gastronomía de Bo.TiC
La esencia de los platos tradicionales catalanes y del Empordà es el punto de partida de la cocina creativa, comprometida y de autor donde lo más importante, es cocinar bien y hacer disfrutar al comensal.
Como no podía ser de otra manera, Sastregener cocina con pequeños productores de la comarca y algún que otro ingrediente foráneo -un guiño a las vivencias y viajes personales con los que se aporta ese toque diferencial-. Sin duda, el pescado, el marisco y la verdura son los estándares de su restaurante, en el que prima, sobre todo, el respeto a la naturaleza y a sus tiempos.
El restaurante tiene un agradable jardín, que presenta dos salas de diseño minimalista: una, asomada a la cocina -también hay una mesa del chef- y la otra, la más acogedora, se halla entre los muros en piedra de lo que fue la carpintería.
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