Más allá del modernismo, una construcción que se asimila con facilidad a Cataluña es el de la masía. Sea porque una popular marca de fuet la tiene en su logo o por verla en diferentes películas, series o visitas a la localidad, es difícil no hacerse una idea de qué es una masía.

Las masías catalanas son construcciones rurales típicas de esta comunidad autónoma que empezaron a adquirir protagonismo durante la Edad Media, entre los siglos XI y XII. Durante esa época en la que los pueblos se expandían y poblaban los territorios, empezaron a surgir viviendas cerca de campos y explotaciones agrícolas. Y allí este estilo.

Cómo es una masía

Si bien en su día, debido a sus diversas plantas, servían de vivienda familiar y de lugar donde guardar el ganado, las herramientas de trabajo y los frutos del campo. Poco a poco, a lo largo del tiempo, su uso ha ido cambiando. Incluso su estética.

En su día, las masías solían estar hechas de piedra, madera y tejas y ser de planta rectangular, con dos o más plantas. En la planta baja se encontraban las zonas de trabajo y almacenamiento, como el establo, el granero y la bodega, mientras que la planta superior estaba destinada a la vivienda familiar. Ahora, las más modernas, se han convertido en hoteles de gran éxito gracias al boom del turismo rural, cuando no restaurantes.

Masías-restaurantes

Aquí ya se ha destacado el gran éxito del buffet Can Prat, un local que de aspecto es como una masía cualquiera, sólo que han cambiado las zonas de almacenamiento y ganado por cocinas y comedores. Pero no es el único. En Girona hay incluso un restaurante con estrella Michelin que se oculta en una masía del siglo X. Eso sí, no parece que sea tan antigua.

Como bien destaca la Guía Michelin, este local “ocupa una antigua pero bien restaurada masía” que no sólo ha sabido reversionar su interior, sino que hace un buen uso de todo el jardín que la rodea. “Se presenta con una frondosa terraza-jardín para la época estival, un espacio de investigación donde crean nuevos platos y un luminoso interior de ambiente mediterráneo”, prosigue la prestigiosa guía.

Premios Repsol y Michelin

Estas son sólo las palabras iniciales que esta publicación de referencia le dedica a Els Tinars, un restaurante familiar que ha conseguido no sólo una estrella Michelín, sino también un par de Soles de la guía Repsol.

El responsable de esta masía gastronómica, si se nos permite la definición es el chef Marc Gascons. Él, junto a su hermana Elena, que hace las funciones de jefa de sala, no han hecho más que tomar el relevo generacional a una familia que, desde principios del siglo XX se dedican a esto de la cocina.

Un restaurante familiar

Los que empezaron con esto fueron los actuales abuelos de este par de de hermanos. Era 1918 y se montaron una panadería. Claro que llegados a la mitad de siglo, a la madre de estos emprendedores con estrella, Elena Palagós y Eduardo Gascons, se les ocurrió comprar un local situado en el Paseo del Mar de Sant Feliu de Guíxols y dedicarse a la restauración (Restaurante Bahía). Él venía del corcho y ella sólo había mamado el mundo del pan. Pero les dio igual. 

La idea les salió redonda. Si en 1950 abrían sus puertas, tres años más tardes, con el inicio del turismo en España, vieron pasar por allí a estrellas como Ava Gardner, Elisabeth Taylor, la Chunga o Antonio Gades. El éxito vino solo.

Eduardo dejó el sector del corcho al que se dedicaba y empezó a echar una mano a su esposa. Habilitaron una zona de baile y la sala de fiestas llegó a ser número 1 en ventas de cava de toda España. Luego llegaría el hotel, en 1965 y el relevo generacional diez años más tarde. 

Es 1978 cuando Marc y su hermana Elena deciden que también se van a meter en el negocio familiar. Lo hacen lejos del paseo, a la entrada de la Costa Brava. Deciden comprar la Masía Els Tinars y ponerse a cocinar. Y no les ha ido mal.

Qué comer

A pesar de que puede considerarse un restaurante de carretera (está Llagostera, en el kilómetro 7,2 de la Carretera de Sant Feliu) la cocina de Marc no sólo conquistó al viajero de paso hacia la playa. Con “una completa carta de cocina tradicional catalana, siempre actualizada en base a los mejores productos de proximidad, escogidos entre los pequeños productores cercanos o en la maravillosa lonja de Palamós”, como dice la guía Michelin, han llegado a la excelencia gastronómica.

Entre los platos de verano (de este, porque la cambian cada año y temporada) se puede encontrar desde un arroz seco de vaca vieja a lomo de lubina a la brasa con su jugo, alcachofas, puerro asado y piparras. Eso sin contar las espardenyes, las croquetas de rostit o el tartar de gamba de Palamós, “uno de sus platos más demandados”, según Michelin que “se elabora con diferentes acompañamientos según evoluciona la temporada”.

Precios

Pero hay mucho más. Siempre cuentan con dos interesantes menús, uno corto de temporada y otro más largo tipo degustación a un precio más que económico. El primero no alcanza los 60 euros y el segundo sale a unos 110€.

Gracias a ello, Marc Gascón no hace mucho recibió la nominación de mejor cocinero joven de Cataluña. En cualquier caso, lo que sí han ganado  son “una clientela fiel de muchos años procedentes de Barcelona y Girona”, como dicen desde Repsol.

Cómo llegar

Desde la Costa Brava, especialmente si se viaja desde Sant Feliu de Guíxols, el acceso a Els Tinars es muy fácil y rápido. Se trata de ir por la carretera C-65, en dirección a Girona. Hay sólo 12 kilómetros por lo que en 10 minutos. 

Desde Barcelona es mucho más largo. Se tarda una hora o un poco más. Se debe tomar la autopista AP-7 en dirección a Girona y seguir hasta la salida 9A-9B hacia Sant Feliu de Guíxols/Llagostera. Desde allí, se continúa por la carretera C-35 en dirección a Llagostera y, posteriormente, se toma la carretera C-65 en dirección a Sant Feliu de Guíxols.