Este es el plato típico de Cataluña que sorprende en el resto del mundo: un sabor contundente
Un postre delicioso catalán muy recurrente, fácil de hacer y originario de la Edad Media
10 julio, 2024 13:24Noticias relacionadas
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La cocina catalana es rica y diversa, con platos emblemáticos que reflejan su herencia mediterránea, como el pa amb tomàquet, la escalivada, el suquet de peix o los calçots.
En la variedad de todos estos platos está la riqueza gastronómica de Cataluña y en su habilidad para combinar ingredientes frescos y locales, en preparaciones que deleitan el paladar. Pero como no solo nos gusta lo salado, te proponemos un plato dulce indispensable e irresistible: la crema catalana. ¿Quién no la ha probado aún?
El postre más tradicional de Cataluña
El origen de la crema catalana
El origen de la crema catalana se remonta a la Edad Media, siendo así uno de los postres más antiguos de Europa. Se cree que fue mencionada, por primera vez, en el siglo XIV en el "Llibre de Sent Soví", un antiguo recetario catalán que es uno de los más libros más antiguos de la cocina en lengua catalana.
La receta ha evolucionado con el tiempo, pero siempre ha mantenido su esencia de crema pastelera aromatizada con cáscara de limón y canela, coronada con una capa de azúcar caramelizado.
Receta de crema catalana
Explicados algunos conceptos sobre la crema catalana, que mejor manera de culminar este artículo que escribiendo una fácil receta de este postre. Necesitas estos ingredientes:
- 1 litro de leche.
- 8 yemas de huevo.
- 200 gramos de azúcar.
- 40 gramos de harina de maíz.
- 1 rama de canela.
- Cáscara de un limón.
- Azúcar extra para caramelizar.
Primero elaboraremos la infusión de la leche en una cacerola. Para ello hemos de calentar la leche a fuego medio con la rama de canela y la cáscara de limón. Dejamos que hierva lentamente y luego retiramos del fuego. Dejamos reposar durante unos 10 minutos para que se infusione bien y ya está.
A continuación, preparamos la crema en un bol grande. Batimos las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una mezcla homogénea y blanquecina. Añadimos la harina de maíz a la mezcla de yemas y azúcar y batimos bien hasta que no queden grumos.
Para la mezcla hace falta retirar la cáscara de limón y la rama de canela de la leche infusionada. Vertemos, lentamente, la leche caliente sobre la mezcla de yemas, azúcar y maicena, removiendo constantemente para evitar que las yemas se cuajen.
Después para la cocción de la crema, vertemos la mezcla, nuevamente, en la cacerola y la calentamos a fuego medio-bajo. Removemos, constantemente, con una cuchara de madera o una espátula, asegurándonos de raspar el fondo y los lados de la cacerola para evitar que se pegue o se formen grumos.
Es importante cocinar la mezcla hasta que espese y adquiera la consistencia de una crema pastelera -esto puede tardar unos 10 o 15 minutos-.
El enfriado se hará una vez que la crema se haya espesado, la retiramos del fuego y la vertemos en recipientes individuales de barro o de cerámica. Dejamos que la crema se enfríe a temperatura ambiente y luego la refrigeraremos durante al menos 2 horas o hasta que esté bien fría.
Para terminar quedará la caramelización, que se efectuará justo antes de servir. Espolvorearemos una capa fina de azúcar sobre la superficie de cada crema; y utilizaremos un soplete de cocina o un quemador especial para caramelizar el azúcar hasta que se forme una costra crujiente y dorada. ¡Buen provecho!