El ingrediente secreto que llevan muchos platos catalanes y casi nadie conoce: nutritivo, sabroso y de origen medieval

La cocina es un arte que abarca una amplia gama de ingredientes, cada uno con su propio sabor, textura y valor nutricional. Desde las verduras frescas hasta las especias exóticas, la variedad de ingredientes disponibles es asombrosa y permite a los chefs y cocineros experimentar y crear una amplia gama de platos deliciosos. 

Uno de los alimentos imprescindibles para la cocina es el salsifí. A continuación, te presentamos este peculiar ingrediente, que es muy nutritivo.

¿Qué es el salsifí?

El salsifí es una raíz comestible sabrosa, es decir, es un tubérculo originario de la zona del Mediterráneo, que tiene una forma alargada —de unos 15 a 31 cm— y un grosor de unos dos o tres centímetros. Su aspecto es muy parecido al del nabo, la chirivía o la yuca, y en cuanto a su color, existen dos variedades: el salsifí blanco y el negro.

Flor de salsifí Wikipedia

El salsifí blanco, también conocido como barba de cabra, parece tener pelos en su superficie y su sabor se asemeja a una ostra. El salsifí negro, procedente de Bélgica o Francia, tiene su interior más carnoso y menos fibroso, resulta más fácil de pelar que la variedad blanca y su sabor es parecido a la nuez.

Este alimento está disponible durante todo el año, pero su mejor temporada está entre finales de otoño y principios de primavera. La flor de la planta pertenece a la familia de los dientes de león y son muy parecidas; además, sus hojas y sus brotes se usan en ensaladas y se pueden cocinar como si fueran espinacas, pues son comestibles y contienen bastantes nutrientes.

Beneficios nutricionales del salsifí

El salsifí contiene una gran variedad de nutrientes: es rico en potasio, hierro, manganeso, calcio, fósforo, cobre, magnesio, Vitamina C, B1, B2, B6, B9, fibra, inulina —un carbohidrato prebiótico que mejora la microbiota intestinal— y agua, ya que el 81% de cada uno de estos tubérculos está compuesto de H₂O.

Tiene diferentes propiedades:

• Mejora el sistema inmune: tiene grandes cantidades de vitamina C que ayudan a fortalecer las defensas de nuestro organismo frente a los agentes externos que causan infecciones o daños en las células.
• Previene el estreñimiento: la presencia de fibra e inulina ayuda a regular el tránsito intestinal, evitando las situaciones de estreñimiento y reduciendo el riesgo de enfermedades como el cáncer de colon. 
• Ayuda a adelgazar: la fibra presente ayuda a mantener la sensación de saciedad y a regular los picos de insulina que se producen en el organismo.
• Activa el cerebro: la vitamina A contribuye al buen funcionamiento entre neurotransmisores, lo que fomenta la mejora del aprendizaje. 

• Beneficioso para los huesos: es rico en calcio, magnesio y cobre, y esto ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis.
• Poder antioxidante: las vitaminas A y C tienen una función antioxidante, que retrasa los síntomas del envejecimiento y mejora la piel y el cabello.
• Ayuda a reducir la presión arterial: como tiene potasio favorece la regulación de la presión arterial y ayuda contra la hipertensión arterial.

Cómo usar el salsifí en la cocina

El salsifí se suele emplear en guisos, sopas y ensaladas para aprovechar su textura carnosa. No obstante, es importante cocinarlo previamente para que resulte más digestivo. A la hora de consumir la raíz del salsifí, tanto el blanco como el negro, hay que limpiarlos y cocerlos bien. De hecho, se recomienda no pelarlo hasta que esté cocido. Del salsifí negro se aprovechan también las hojas que, como son tiernas, se pueden consumir crudas, así como las flores, utilizadas para las ensaladas.

Su origen proviene de la época de la antigua Grecia y el consumo del salsifí blanco se extiende por toda la ribera mediterránea, tanto por Europa como por África, principalmente en la zona del este. En España, estas plantas no se cultivan y su consumo se limita al recolectado de las que crecen de forma silvestre. Sin embargo, el salsifí negro se encuentra fácilmente desde Cataluña hasta Andalucía.

Estas son las recetas que se puede hacer con salsifí

Te proponemos una sencilla receta, para dos personas, salsifí salteado. Se necesitan ocho raíces de salsifí negro, media cebolla de Figueres, dos dientes de ajo, un chorrito de aceite de oliva virgen, sal, pimienta y pimentón picante.

Primero, se han de limpiar las raíces y ponerlas a hervir, sin pelar, con el agua justa que las cubra durante 40 minutos, aproximadamente, o hasta que notes que están blandas. Deja que se enfríen, pélalas con cuidado y cortarlas en 4 o 6 partes. Pica la cebolla y el ajo y sofríe con el aceite. Añade el salsifí cortado, salpimienta y sirve.

¡Y ya tienes una receta sencilla, rápida y saludable!