Núria Parlon, 'consellera' de Interior de la Generalitat
El control de armas no es una consigna, es una política pública con impacto directo en la convivencia. Reducir su presencia en las calles de Cataluña significa disminuir riesgos, cortar dinámicas delictivas y devolver tranquilidad a barrios que reclaman seguridad sin renunciar a derechos. Bajo la dirección de Núria Parlon, el Departament de Interior ha apostado por una actuación sostenida, centrada en el trabajo operativo y la coordinación. El resultado es tangible: más armas fuera de circulación, menos posibilidades de que la violencia escale.
La política de seguridad rara vez admite atajos. Exige constancia y una voluntad clara de proteger el espacio público. En ese terreno, la consellera está construyendo un perfil propio que merece una lectura atenta y, en este caso, positiva. Los resultados conocidos hoy refuerzan una línea de trabajo que combina prevención, control y presencia policial eficaz: durante el primer semestre del año, los Mossos d’Esquadra intervinieron más de tres armas de media al día.
El refuerzo de controles, la atención a los puntos calientes y el respaldo a los Mossos d’Esquadra han permitido actuar con criterio y eficacia. No se trata solo de cifras —aunque las cifras importan—, sino de un mensaje claro: las armas no tienen cabida en el espacio público catalán. Y ese mensaje se traduce en hechos.
En un contexto complejo, donde la percepción de inseguridad puede erosionar la confianza institucional, la consellera ha optado por el camino más efectivo: trabajar. Dar estabilidad al cuerpo policial, exigir resultados y asumir responsabilidades políticas.
Parlon consolida un liderazgo sereno en Interior, alineado con una prioridad incuestionable: proteger a la ciudadanía.