Jordi Turull

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Examen a los protagonistas

Jordi Turull

Pida usted perdón

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Mal empieza Alberto Núñez Feijoo su campaña pro sustitución de Pedro Sánchez en la presidencia del gobierno de la nación si no se le ocurre nada mejor que recurrir al mismo personal de derribo que su adversario. Hace unos días, el mandamás del PP aterrizó en Barcelona para reunirse con empresarios y tratar de convencerles para que le dijeran a Junts que se sumara a su moción de censura. Para empezar, dar por hecho que todos nuestros capitanes de empresa son fans de Carles Puigdemont me parece ofensivo, y eché de menos que alguien levantara el dedo para sacar a Feijoo de su error. Y, para continuar, ¿no habíamos quedado en que lo de Sánchez y los separatistas era prácticamente alta traición? ¿No se da cuenta este hombre del papelón que está haciendo? ¿O es que los enemigos del estado dejan de serlo cuando se les necesita, que es lo que cree el actual presidente del gobierno?

En todo caso, la respuesta de Junts no se hizo esperar. Ahí estaba Jordi Turull, ese hombre permanentemente contrariado, para decirle a Feijóo que no viniera a mendigar, ya que lo que tenía que hacer era pedir perdón a los catalanes por haber propiciado la fuga de empresas cuando el prusés. ¡Olé tus narices, Tururull!

Supongo que explicarle a Turull que las empresas se fueron por su culpa y la de su jefe es inútil, pero se lo recuerdo por si acaso. Fueron Puchi y el beato Junqueras, con sus chorradas soberanistas, los que crearon un ambiente de inquietud e inseguridad y, consecuentemente, la fuga de nuestras empresas en busca de un poco de estabilidad política. Pero Tururull cree que la culpa de todo fue del PP: hay que ver qué fácil lo ve todo el hombre.

Se suma así Tururull a una campaña internacional de exigencia de disculpas que no vienen a cuento. Esta misma semana, a raíz de la visita a Guernica del presidente alemán, el PNV se ha apresurado a demandar al estado español que pida perdón por el bombardeo de la localidad durante la guerra civil. Curiosamente ni al PNV ni a Bildu se les pasa por la cabeza pedir
perdón a los españoles por el terrorismo de ETA. Y tampoco lo hace Yolanda Díaz por la putrefacción de la socialdemocracia española a cargo de su jefe, pero, eso sí, pide que nos disculpemos con el ejecutado Ferrer i Guardia por los dos atentados contra Alfonso XIII en los que participó, allá por el pleistoceno.

Fuera de nuestras fronteras también hay gente exigiéndonos disculpas: la presidenta de México, Claudia Sheinbaum (más la quinta columna descolonizadora comandada por Ernest Urtasun) insiste en que nos disculpemos por la Conquista. Que México sea, prácticamente, un estado fallido, o un narcoestado, no le quita tanto el sueño: ¿para qué plantarle cara al
presente cuando puedes ocuparte de cosas que sucedieron hace quinientos años?

Tururull se suma a la exigencia de disculpas aprovechando la desesperación de Feijóo. Aquí nadie tiene nunca la culpa de nada.