Josep Sánchez Llibre (Foment) Europa Press
Cualquier acusación podría haber caído este viernes sobre el presidente de Foment del Treball menos la de no expresarse con claridad. El líder de la influyente patronal catalana se ha despachado con unas castizas cajas destempladas contra la OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell, a propósito de la autorización por parte de la CNMV.
"Tomadura de pelo", "auténtico despropósito", "auténtico sinsentido"... han sido algunas de las expresiones empleadas por Sánchez Llibre, que ha vuelto a situarse en la primera línea cuando de defender los intereses de una empresa catalana se trata.
No es precisamente el Sabadell una de estas cualquiera. Su dilatada historia y su peso en el territorio, especialmente en segmentos tan importantes como los de pymes y autónomos, justifica la actitud beligerante del líder de Foment. Más allá de la terminología empleada, el planteamiento de Sánchez Llibre está plenamente respaldado por el mercado: hoy, el Banco Sabadell vale cerca de un 10% más en bolsa de lo que ofrece por él su competidor. Y además, el potencial de revalorización que le otorgan los analistas lleva a pensar que la entidad que preside Josep Oliu no ha tocado techo.
En resumen, "querer comprar duros a cuatro pesetas", en otra de las expresiones empleadas por el presidente de Foment para describir el actual escenario. La última palabra la tienen los accionistas del Sabadell. Muchos de los minoritarios son pequeños y medianos empresarios, un colectivo al que la patronal conoce a la perfección y sabe de su sensibilidad. No es aventurado deducir que Sánchez Llibre habla por muchos de ellos.