Carlo Umberto Bonomi, consejero delegado de Investindustrial Advisors / CG
Carlo Bonomi, presidente de Investindustrial, acaba de dar una lección magistral de cómo dispararse en el pie con elegancia italiana. La destitución de Álex Cruz como consejero de PortAventura demuestra el talante de los inversores cuando las cosas no salen como tenían previsto en sus excels.
Bonomi fichó a Cruz tras sus éxitos en Vueling y en British Airways para vender el parque de atracciones por 1.000 millones de euros. Pero la cosa no ha salido como esperaban. Y han despedido al ejecutivo vasco.
Desde Investindustrial acusan a Cruz de falta de liderazgo y estrategia. Pero todo apunta a que la desinversión ha fracasado porque el precio esperado está muy por encima de lo que el mercado valora la compañía.
Sea como fuere, Bonomi ha preferido convertir en chivo expiatorio a un directivo de trayectoria contrastada antes que asumir como propio el fracaso de la operación. Así, las frustraciones empresariales son más llevaderas, aunque la sombra de la incertidumbre aceche al futuro de PortAventura.