Michael O'Leary, consejero delegado de Ryanair Europa Press
La última ocurrencia de Michael O’Leary: pagar una propina a sus empleados por cada maleta de cabina que cacen fuera de la medida que impone Ryanair, la aerolínea en la que es consejero delegado.
De este modo, el máximo directivo convierte así a su personal de tierra en cazarrecompensas y desata la guerra contra el pasajero en la misma puerta de embarque.
La medida, disfrazada de incentivo, busca únicamente alimentar la facturación a costa de generar tensión y es la máxima expresión de un modelo que ve al cliente como un cajero del que extraer tasas extra.
Las empresas deben competir para ser la mejor y la más barato, pero no la más punitiva. Ryanair parece no haberlo entendido.