Antonio Zaforteza (i), en un acto solidario anterior
Ocibar ha demostrado que tiene un proyecto sólido para Marina Port Tarraco. Está logrando ocupaciones del 100% en el puerto deportivo --lo ha logrado durante dos ejercicios seguidos--, lo que sostiene la tesis de que esta operadora de dársenas de recreo está firmando un desempeño loable.
Port Tarraco, de la que tomó las riendas en 2020 de la mano de Qatari Diar, se ha posicionado como una de las grandes marinas del sur de Europa para grandes esloras. Las cifras hablan por sí solas: amarres para barcos de hasta 160 metros de eslora, de los cuales tiene varios, lo que la convierte en instalación única para reparar y reacondicionar varias naves de gran eslora al mismo tiempo.
Eso sí, ahora Ocibar se enfrenta a las preguntas del sector sobre por qué se ha marchado el director general histórico del puerto, Marc Colls. El ejecutivo y excapitán del velero propiedad de Emilio Cuatrecasas "ha hallado otra oferta laboral", insisten desde la firma balear, abandonando el proyecto.
Otras voces introducen un matiz de mayor polémica y recuerdan que la marcha de Colls tiene varias aristas. Uno, no está del todo explicada, al ser un hombre de "máxima confianza" de Ocibar.
Y dos, deja a la enseña al albur de los fondos y grandes grupos de inversión, toda vez que estos conglomerados se han lanzado a la caza de los amarraderos de lujo nacionales. El talento importa, y Ocibar acaba de perder una pieza clave de su portafolio laboral.