Josep Sànchez Llibre, presidente de Foment del Treball, en un acto anterior
La Ryder Cup recalará en Girona en 2031 tras mucho esfuerzo. Administraciones, federaciones y empresarios han trabajado ante las cámaras y detrás de ellas para conseguir que el magno torneo de golf que disputa Estados Unidos contra Europa aterrice en España de nuevo. Será la segunda vez.
En este crisol de voluntades, una ha destacado por encima de todas: la de Foment del Treball. La gran patronal catalana ha empujado desde la discreción, algo que sabe hacer bien, para intentar que todo el mundo se alineara. No siempre lo ha tenido fácil: ha habido altos y bajos, presiones, éxitos y fallos. Pero el resultado final, a tenor de las primeras cifras, parece que valdrá la pena.
La Ryder dejará cerca de 1.300 millones en Cataluña repartidos en los próximos años. Se crearán cerca de 350 empleos estables y muchos más temporales. El territorio dará la vuelta al mundo en televisiones de todo el globo. Caldes de Malavella emergerá como destino vacacional de golf.
Y ello es importante por cuanto, a menudo, ciudadanos y Administraciones prescriben que lo necesario es aumentar la calidad del turismo, no la cantidad. Atraer a visitantes deportivos que gasten más beneficia a la región en mucha mayor medida que captar a turistas de otra índole cuyo gasto sea menor.
En un momento en el que gobiernos de todo el planeta hablan de gestionar el turismo en lugar de promocionarlo, captar eventos de gran impacto es crucial.
La Ryder Cup es uno de ellos. Reforzará la Marca Cataluña y la economía autonómica, creando riqueza y empleo. Parte del agradecimiento del tejido político y productivo debería ir para el Foment de Josep Sánchez Llibre, cuya labor ha sido discreta, pero contumaz. Y, sobre todo, exitosa.