La tonadillera Isabel Pantoja

La tonadillera Isabel Pantoja EUROPA PRESS

Examen a los protagonistas

Isabel Pantoja

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No es que uno esté pendiente de los dimes y diretes de Isabel Pantoja (siempre fui más de Lola Flores), pero el otro día leí una noticia al respecto que no es que me helara la sangre, pero me dejó pensativo (unos minutos, tampoco vayamos a exagerar). La cosa iba de que la tonadillera planeaba trasladarse a Miami (ese agujero negro en el que, vaya usted a saber por qué, acaban varados infinidad de cantantes españoles) en compañía de su hermano Agustín. Y que, ya puestos, había decidido alterar su testamento para excluir de él a sus hijos Francisco (conocido como DJ Kiko y antes como Paquirrín) e Isa (carne de plató por sus amoríos), de los que, aparentemente, ya no quiere saber nada. ¡Ni la legítima les va a dejar a ese par de holgazanes!

Qué dureza, pensé. Qué mujer más implacable. Qué madre más desnaturalizada. Soy consciente de que seres como Kiko e Isa no son de los que más feliz pueden hacer a un progenitor. Haciendo un esfuerzo de comprensión, puedo entender que a Isa la zurzan, ya que ha tenido todas las oportunidades del mundo para convertirse en una adulta cabal e ilustrada. En vez de eso, ha optado por vivir a costa de su madre, gracias a la cual se ha lucrado en ciertos reality shows y a la que ha puesto de vuelta y media en la tele cada vez que estaba tiesa de pasta. Pero Kiko

A Kiko no se le puede hacer esto, Isabel, que el chaval, a su manera, se esfuerza. Puede que sea un zoquete y un vago, y que sus iniciativas seudo musicales sean penosas, pero a muchos nos cae simpático (no como su hermanita), nos parece que no hace daño a nadie y creemos que su simpleza puede resultar enternecedora.

Isabel, piensa en la infancia y adolescencia que le has dado. Piensa en las presencias paternas que le has impuesto: Encarna Sánchez, María del Monte, el inefable Cachuli… Ser huérfano y darte cuenta de que lo más parecido a un padre que tienes es a Encarna De Noche puede traumar a cualquiera. Y lo de Cachuli, un mangante de nivel cinco, tampoco suena al paraíso moral de un adolescente que, para más inri, ya empezaba a quedarse calvo a los catorce años.

Isabel Pantoja es una mujer que siempre ha ido a lo suyo y a la que le ha gustado mucho el dinerito. Para conseguirlo contaba con su propio talento (se hartó a vender discos y llenar locales, tanto en España como en Sudamérica) y con sus parejas, de las que siempre sacaba algo. Encarna se enamoró de ella como los protagonistas de las novelas de Scott Fitzgerald El gran Gatsby y El último magnate y da la impresión de que no recibió gran cosa a cambio. Con Cachuli entró dinero en casa, pero lo suyo acabó como el rosario de la aurora.

Dicen que su hermano Agustín (para Kiko e Isa, el tito Agustín) es quien ha inspirado este nuevo capitulo del culebrón familiar que incluye irse a Miami y desheredar a los niños. Siempre ha estado allí y desde que su carrera musical se estancó, se convirtió en un parásito más de la dueña de Cantora: si Isabel palma antes que él, lo hereda todo.

Isabel, ten compasión de DJ Kiko, que se va a ver obligado a ponerte verde en Tele 5 para llegar a fin de mes. Recapacita, déjale por lo menos la legítima, no vaya a verse obligado a insistir en el reguetón.