
Marc Murtra, presidente de Telefónica
No era un envite sencillo, pero bien se puede decir que Marc Murtra ha sacado adelante su primera junta de accionistas como presidente de Telefónica y, además, con nota. Con los fríos números en la mano, esa calificación estaría por encima del 9, habida cuenta de que el apoyo de los socios a su ratificación como consejero ejecutivo ha superado el 90% del quórum.
Al margen de las votaciones, aunque sin restarle la importancia que tienen, Murtra se ha movido con mucha más soltura que en su primera comparecencia en público en su nuevo cargo, a finales del pasado mes de febrero. Y además, lejos de hacer de la asamblea un mero trámite, ha deslizado algunos detalles de lo que será la estrategia de la compañía en la nueva era que se inició cuando a mediados de enero tomó el relevo de José María Álvarez-Pallete al frente de la operadora.
El reto que afronta el ejecutivo trasciende las fronteras españolas, y podría decirse que también las europeas. La intención de ser un protagonista activo en la consolidación del sector en el Viejo Continente no es sino un primer paso para estar en disposición de competir con los gigantes tecnológicos de EEUU y China. Con la particularidad de que éstos aventajan ya en décadas a los jugadores europeos, lastrados y laminados por una legislación comunitaria estricta hasta el extremo.
El desafío es mayúsculo. Las primeras impresiones son positivas. El mercado no conocerá los detalles de la nueva hoja de ruta de Telefónica hasta el segundo semestre de este año. Mientras, muchas son las tareas pendientes y Murtra las ha fijado como objetivos prioritarios. A la cabeza, lograr una situación financiera que permita a la operadora acometer operaciones corporativas con la suficiente flexibilidad.
Una condición que, a día de hoy, no parece contar con ella. Por eso resulta esclarecedor que el llamado a liderar la definitiva transformación de Telefónica en un campeón europeo no dude tanto en ponerse manos a la obra como en focalizar el objetivo prioritario. Hay mucho en juego.