Marianne Faithfull

Marianne Faithfull Getty Images

Examen a los protagonistas

Marianne Faithfull

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Muerte de una 'It Girl'

No hace mucho murió su amiga del alma, Anita Pallenberg, que había sido novia de Keith Richards mientras ella (entre 1966 y 1970) salía con Mick Jagger.

Marianne Faithfull (Londres, 1946 – 2025) nos dejó hace unos pocos días, contribuyendo a que los años 60 se vayan convirtiendo, poco a poco, en una entrañable mezcla de fósil y alucinación colectiva.

Era una chica de buena familia y entre sus antepasados figuraba Leopold Von Sacher Masoch, el autor de La Venus de las pieles, al que debemos el concepto masoquismo. Prototipo de la it girl de los años 60, parecía llamada a ser poco más que un florero con clase y carácter (como su amiga Anita), pero se las apañó para convertirse en una cantante y compositora de mucho mérito.

La primera canción que grabó, As tears go by (de la que ha hecho varias versiones en diferentes discos, como si nunca acabara de quedar satisfecha con los resultados), se la escribieron Jagger y Richards y fue todo un hit.

A la hora de grabar sus primeros elepés, la compañía se empeñó en convertirla en la versión británica de Françoise Hardy, en una baladista de dulce voz que corría pocos riesgos musicales. Lo lograron durante un tiempo, pero la chica tenía demasiado carácter para quedarse atrapada en el personaje que le habían fabricado (algo parecido le pasó a Nico, que cambió totalmente de registro tras su primer disco de versiones, Chelsea girl).

Lamentablemente, la búsqueda de nuevos caminos y nuevas influencias se vio acompañada por una adicción a la heroína que casi acaba con ella en los años 70, cuando llevó una vida de vagabunda y llegó a dormir en la calle. Menos mal que la chica era lista y tenía talento y supo poner coto a sus tendencias autodestructivas.

Lo demostró en 1979 con su álbum Boken english, que fue un éxito global y contiene una de las canciones más bellas y más tristes que uno haya escuchado en su vida, The ballad of Lucy Jordan. A partir de ahí vino lo que podríamos llamar una carrera normal que, en mi opinión, alcanzó su punto álgido con el disco Before the poison (2004), en el que contó con la colaboración de luminarias como P.J. Harvey o Nick Cave.

En sus últimos años, Faithfull fue redescubierta por un montón de gente interesante del brit pop (Jarvis Cocker llegó a colaborar con ella), aunque la colaboración pionera y extrañamente lograda yo diría que fue la canción The memory remains, grabada junto al grupo Metallica (no puedo decir lo mismo del doble elepé que se cascó con ese grupo el ínclito Lou Reed, una macedonia de ingredientes de difícil mezcla que no interesó a casi nadie).

La voz de Marianne Faithfull fue cambiando con el paso del tiempo y, me temo, la influencia de la mala vida. Basta con comparar la primera y alegre versión de As tears go by (aunque la canción es dramática) con la última para comprobarlo.

Hay un material (especialmente el de Kurt Weill) que Marianne no habría podido cantar a los veinte años, pero que bordó a los cincuenta y pico. Y la transición de voz angelical a voz de cazalla fue una bienvenida evolución natural, aunque obedeciese a las desgracias y a cierta tendencia a la autodestrucción.

Marianne Faithfull vivió varios años en París, pero ha muerto en su Londres natal. Y los años 60, poco a poco, van pasando a mejor vida.