El Barça es un caos en los despachos y en el palco, pero la situación que se vive fuera del club tampoco es mucho mejor.
La oposición está dividida, no hay cohesión, y la sensación es que cada uno va por libre, sin una hoja de ruta clara.
Para muestra, la esperpéntica espantada de Jordi Farré tras conocerse que iba a impulsar una moción de censura contra Joan Laporta.
Finalmente, se ha echado atrás, pues no tiene los apoyos necesarios y la oposición le ha frenado. Su movimiento deja una imagen muy mejorable del famoso entorno.
Pero es que Farré está acostumbrado a salir en titulares llamativos. El nombre del también excandidato a presidir el Barça, que hizo sus pinitos en la industria pornográfica, saltó a la palestra hace unos meses por su controvertida gestión de los mataderos catalanes, con investigación de Anticorrupción incluida.