Joan Molins, presidente de la compañía cementera

Joan Molins, presidente de la compañía cementera

Examen a los protagonistas

Juan Molins Amat

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Cementos Molins ha tomado la loable decisión de devolver su sede social a Cataluña tras fugarse a Madrid en 2017, debido a la inseguridad jurídica del procés.

El consejo de administración de la compañía ha resuelto sus diferencias temporalmente y ha decidido votar de forma unánime a favor del regreso a Sant Vicenç dels Horts.

La decisión es una inusual pausa en la pugna interna de la firma cementera por la ubicación de su sede social. 

Cuando se tomó la decisión de resguardarse de la zozobra del procés, la fuga a Madrid provocó un cisma entre las diferentes ramas de la familia Molins, dueñas de la enseña. Los Molins Amat (32%), los Molins López Rodó (32%) y los Molins Gil (24%) se reparten el 89% de la sociedad casi a partes iguales.

Los Molins Amat, en la presidencia, siempre se mostraron en contra de estar en Madrid y pidieron enseguida retornar a Cataluña. Pero representantes de otras ramas discreparon, atendiendo la inseguridad jurídica causada por el 1-O, y ante la incertidumbre del llamado posprocés.

De hecho, la compañía dio la oportunidad a los accionistas de pronunciarse al respecto en 2019, dos años después de la marcha, y la mayoría rechazó el regreso a Cataluña, acrecentando las divisiones familiares. Es más, los Molins Amat llevaron esta situación ante el juez, que en 2022 falló a favor del traslado a Madrid por ser "legal". Esta vez, las tres ramas han aparcado sus diferencias para volver a casa.

Ahora, los Molins deben mostrar unión entre ellos y arraigo con el territorio que les vio nacer y crecer