Un total de 11 países participarán en el proyecto de chips fotónicos, en el cual España, y más en concreto Barcelona, pueden desempeñar un papel importante.
La inversión en nuestro país que se está negociando con la UE forma parte de un proyecto europeo de 380 millones de euros para crear chips fotónicos a lo largo del próximo lustro a escala industrial.
El Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), dirigido por el doctor Lluís Torner, encabezará este ambicioso plan.
Los chips fotónicos son elemento importante en el ámbito de la independencia tecnológica. Entre otras cualidades y ventajas respecto a los convencionales, estos nuevos chips funcionan con fotones en vez de electrones, y destacan por su capacidad de transmitir datos a más velocidad y reducir los circuitos integrados.
Sus aplicaciones potenciales incluyen, entre otras, el diagnóstico médico, los coches autónomos, los teléfonos inteligentes y la industria alimentaria.
El consorcio europeo liderado por el ICFO para fabricarlos lo formarán una veintena de empresas y centros de investigación de 11 países, según ha informado la UE.